Una parte de mi infancia transcurrió en el pueblecito oscense de Pueyo de Santa Cruz, muy cerca de Monzón y de la ermita de la Alegría.

Mis abuelos, Carmen e Isaac, tenían una casa allí y más adelante mis padres restauraron otra. Por eso, y porque me fascinaba aquel mundo rural, adánico, algunos de mis primeros recuerdos están asociados a las cigüeñas de Pueyo, a las bravas aguas del río Cinca, a las choperas, a las tierras bajas y altas, más secas, con sus tozales pardos y sus fuentes secretas. Era el tiempo feliz en que desayunábamos rebanadas de pan con nata recién cuajada, se jugaba con peonzas y al ir a dormir en colchón de lana con bolsa de agua caliente te sobresaltaba el mugir, el piafar de las bestias en los corrales.

Entre los niños pequeños había uno llamado Ismael. Era muy vivo, con una mirada a la que afloraba la curiosidad. Yo conocía a sus padres, Estrella y Eduardo, que eran magos, y a su hermano David, quien, siguiendo la tradición familiar, se estaba iniciando en los juegos de cartas y otros trucos, pero no recuerdo, seguramente por la diferencia de edad, haber jugado con Ismael. Con el tiempo iría menos por Pueyo y perdería de vista a los Civiac, hasta que años después vi a Ismael en un cartel, ya convertido en un rutilante prestidigitador, anunciando un espectáculo de magia con su nombre artístico: Civi-Civiac.

Su historia, que es un ejemplo de superación, de generosidad y talento, acaba de inspirar un libro titulado Civi--Civiac y su mundo mágico, escrito por Ana Rioja e ilustrado por Mamen Marcén.

En sus viñetas se cuenta la historia de Ismael y de su familia. Cómo llegaron a convertirse en magos modernos, cómo viven y trabajan, preparan sus shows, urden nuevos números o participan en homenajes a otros mitos de la profesión, como el gran Florences, natural de Tamarite de Litera, un auténtico pionero de los espectáculos de magia.

Civi--Civiac es hoy, con su juventud, uno de los mejores magos del mundo. Como faquir no tiene rival. Muy reconocido y premiado, no se conforma y sigue creando, llevando el fuego, el juego y la magia a muchas partes y haciendo feliz a mucha gente con su arte e ilusión.