El presidente de la Generalitat, Quim Torra, nos ha hecho saber al resto de los españoles cuál debe ser su porción, su parte del pastel con que el Gobierno tratará de endulzar a las autonomías el intoxicado menú del covid—19. Pretende el president que 4.000 de los 16.000 millones de euros que Pedro Sánchez ha ordenado distribuir entre las 17 comunidades autónomas del Estado español vayan a parar a las arcas de Cataluña. La cuarta parte. ¿Sus argumentos? Los de costumbre en su partido y en el de Rufián, en alicates que en política creen dirigirse a un tonto: todo gratis para nosotros (Cataluña es diferente, esencial, y, como dice TV3, ha sido invadida por el virus desde Madrid…) y pagáis vosotros.

La extraordinaria partida de 16.000 euros aprovisionados de manera extraordinaria por el Estado, con el consenso general, para proveer a las autonomías de material sanitario y ayudar a las empresas y a los tejidos productivos e iniciar la reconstrucción deberían inspirar un clamor de solidaridad, un ejemplo de unidad. No va a ser, por desgracia, así. El primero que ha roto todo consenso, y lo ha hecho a su modo habitual, insolidaria y unilateralmente, ha sido Torra, fiel a su filosofía de alicatar al Estado con la paleta de sus picarescas prácticas de buscón que allá donde mete el dos de bastos saca el as de oros.

Siguiendo sus pasos, más con llave inglesa que alicate al cogobernar de facto, el PNV de Urkullu exigirá solo 700 millones de la tarta. ¿Qué quedará para los demás y, sobre todo, qué le quedará a Aragón, de llevarse a cabo semejante atracón vascotes y catalibanes?

La cifra, impresionante, de 4.000 millones de euros que los indepes catalanistas reclaman para sí supera con mucho, por ejemplo, la inversión de la Expo 2008 en Zaragoza, que supuso unos 1.000 millones. Cuadriplica asimismo, por poner un ejemplo próximo a la Generalitat, el indecente presupuesto del Fútbol Club Barcelona para la próxima temporada, que en principio (previsiones antes del coronavirus) ascendería a mil millones de euros, en números redondos.

Con 4.000 millones se podría reconstruir Siria, ir a la luna o erradicar la hambruna en buena parte del tercer mundo, pero para Torra y los suyos nunca es suficiente…