En vísperas de elecciones parlamentarias, las calles de las ciudades se llenan de banderolas con retratos de los políticos. En estas últimas, las europeas, siendo que son menos ruidosas, los bustos no han faltado. Fotos trabajadas con Photoshop, liftings para aparentar una estética atractiva, sonriente y relajada, transmitir que todo va a ir bien. Esta propaganda política es aceptada por todo el mundo con naturalidad, aunque nuestra visión sea de escepticismo. Pero en estas elecciones algo ha cambiado y creo que es sustancial, ha sido la falta de apoyo mayoritario a los dos grandes partidos, y en Aragón se ha dado otra circunstancia más, colectivos sociales emprendieron una campaña con la misma naturalidad que los políticos emprendieron la suya, distribuyeron, a modo de carteles, siluetas que mostraban un perfil real de personas que pueden perder la prestación social, si se aprueba el futuro Ingreso Aragonés de Inserción (IAI). Las "sombras" fueron colocadas en sedes de más de 65 organizaciones que secundaron un manifiesto en contra de la reforma. Esta iniciativa es tan elocuente e impactante que ha molestado considerablemente al Gobierno de nuestra comunidad, este ha intentando interferir en ella aludiendo que era propaganda política por lo que debía retirarse el día antes de las votaciones. Claramente hay una confusión de concepto, no es propaganda política, es una demanda social, por lo tanto no ha lugar el recurso que el PP presenta a la Junta Electoral. Todos los ciudadanos deberíamos colgarnos siluetas en nuestros balcones para denunciar, para sacar a la luz las vergüenzas de los que consiguen que cada vez tengamos menos recursos para tener una vida digna.

Pintora y profesora