Siempre he creído que no por mucho repetirla se convierte en verdad una mentira. Pero hay muchos que no piensan como yo y que, a fuerza de oír y leer día tras día que los tocinos vuelan, terminan creyendo que esos nobles animales nacen con alas. Una de esas mentiras interesadas, en la que insiste la propaganda de la derecha ultraliberal y de la ultraderecha aún más ultraliberal (ultraliberales en lo que toca a las perras, no sobre la eutanasia, por ejemplo) es la teoría de que el dinero está mejor en los bolsillos de los ciudadanos que en las arcas del Estado, y que pagar impuestos es muy malo para la salud económica del país. Y lo peor no es que ellos lo digan, sino que el número de los que creen en ello va en aumento.

Probemos a demostrar la falsedad de esa teoría y, lo que es más importante, a revelar los intereses que se ocultan detrás de ella con un solo ejemplo, la última rebaja del impuesto de sucesiones del Gobierno de Aragón, que subió de 150.000 euros a 500.000 la cantidad libre de cargas por heredero, además de importantes exenciones y descuentos. Parece obvio que no serán las clases medias las que se beneficien de ellos, ni siquiera las clases medias acomodadas y, como ya tenemos datos del primer año (2019) en el que se han aplicado, podemos confirmarlo. Apenas un centenar de aragoneses pagaron menos de lo que hubieran pagado con la legislación anterior. Y no creo que sea necesario demostrar que todos ellos son ricos, o muy ricos. Y los cuarenta millones de euros que, según la estimación del gobierno aragonés, se dejarían de recaudar crecieron hasta los 51. Vamos a repetirlo: 51 millones se quedaron en los bolsillos de muy pocos. Que, además de ser pocos, son ricos. O muy ricos.

Esta es la realidad, que consigue soportar una deuda cinco veces mayor que la legalmente permitida La huida adelante como gestión económica que ha sido la constante en F. Gimeno y que continua su alumno aventajado, es el mayor error en la gestión económica

A cambio, el dinero para gastar en políticas sociales, como es natural, se resentirá de este recorte de los ingresos. Esas políticas sociales que, al contrario de la reforma, sí que afectan a la mayoría de la población y, de manera muy especial, a las clases menos favorecidas.

Pero vamos más allá. ¿Por qué el Ejecutivo aragonés se plegó a las exigencias de la derecha (Cs, PAR y PP) para hacer esa reforma que solo beneficia a los que menos la necesitan? El propio Javier Lambán confesó que se vieron sometidos a una enorme presión mediática, social y política para hacerla, azuzados por las reformas aplicadas en comunidades donde gobierna la derecha, como Madrid, en un claro ejemplo de deslealtad fiscal, puesto que luego no se privan de reclamar al Estado más financiación después de haberla reducido voluntaria e interesadamente. Y es cierto. Concentraciones, recogidas de firmas y campañas en los comercios jalonaron esa decisión. ¿Cómo se explica que tanta gente, de la que la inmensa mayoría no iba a ganar nada con la reforma, se echara a la calle para pedir una rebaja de impuestos para los ricos? Solo hay una explicación: siguiendo el ejemplo del principio, muchos vieron a los tocinos volar después de haber oído mil veces que lo hacían.

Si preguntabas a los firmantes, a los concentrados, y a los que ponían pegatinas en sus comercios por qué lo hacían, todos aseguraban conocer a más de uno y más de dos que tuvieron que renunciar a la herencia por no poder pagar el impuesto de sucesiones. ¡Una terrible injusticia! No importa que los datos reales aseguren que prácticamente nadie se ve en tal situación, ellos los conocen o han oído hablar de casos así. Como saben de buena tinta que los inmigrantes pasan por delante de los españoles en la sanidad pública, o que reciben opíparas subvenciones, o que los chinos no pagan impuestos. Y ya puedes ponerles la verdad delante de los ojos, que no la ven.

Lo cierto es que, cuando la derecha dice que el dinero está mejor en manos de los ciudadanos, lo que quiere decir es que está mejor en manos de los ciudadanos ricos. Que son a quienes representan políticamente. ¿O alguien ha visto manifestaciones contra el IVA? Que es el impuesto más injusto, puesto que lo pagamos todos por igual, sea cual sea nuestro nivel de renta.

Los impuestos son, o deberían ser, un poderoso instrumento para redistribuir la riqueza y reducir la desigualdad, esa desigualdad que ha obligado a la ONU a reprochar a nuestro país por el crecimiento de la brecha social entre ricos y pobres. Y se deben pagar de forma progresiva, más impuestos a quienes más tienen. Eso es lo que dice la Constitución, que algunos parece que solo hayan leído en ella lo de la unidad de la Patria.

Y sirven, entre otras cosas, para ofrecer esos servicios (educación, sanidad, dependencia, pensiones…) que permiten vivir con un mínimo de dignidad a todos. Decir que los impuestos están mejor en el bolsillo de quienes no quieren pagarlos es atentar contra esa dignidad. Y decir, como dijo Zapatero, que bajar impuestos es de izquierdas es... otra «zapaterada». Los mayores éxitos económicos y en términos de cohesión social se han producido históricamente en países que gravaban por encima del 50 %, de los beneficios de los más ricos, como los países nórdicos. Así que, digámoslo una vez más, como ellos. Repitan conmigo: los cerdos no vuelan y no es malo pagar impuestos.

Nota.- El gobierno PSOE-UP avanza, aunque sea tímidamente, en la aplicación de la Tasa Google y de la Tasa Tobin. Buenas noticias.

*Miembro de Attac Aragón