El desastre de Biescas marcó un antes y un después en las ayudas psicológicas para las víctimas y familiares de las catástrofes. Entonces se actuó de una manera rápida y admirable. Ahora, desde Huesca, se prepara el Primer Congreso Nacional de Intervención Psicosocial en Emergencias y Catástrofes, donde se aportarán conocimientos, ideas y recursos para ser más eficaces en las ayudas. El 11-M reactivó también, a gran escala, el intento de facilitar prestación para poder reducir el trauma, el dolor, las heridas. No cabe duda que el intercambio de experiencias puede mejorar la aplicación de soluciones en un mundo frágil e inseguro.