En Aragón, Podemos con sus distintas denominaciones se ha presentado en 4 elecciones generales. La primera como Podemos el 20 de diciembre de 2015, con 135.763 votos, el 18,56% y 2 escaños, 1 en Zaragoza y otro en Huesca. En las del 26-J de 2016 como UP en coalición con Izquierda Unida 138.051, 19,68%, que no fue un buen resultado, ya que en el 20-D Podemos tuvo 18,56% e IU el 6,16%, no obstante mantuvo los dos diputados, el de Zaragoza y el de Huesca. En las de 28 de abril del actual como UP 102.330, el 13,56% y ya solo el diputado de Zaragoza. Y en las del pasado domingo como UP 75.204, el 10,79%, y su acta de diputado por Zaragoza, Pablo Echenique.

Los datos son concluyentes, hay un proceso claro de descenso de las preferencias de los aragoneses y del resto del Estado en general hacia el partido o coalición que encabeza Pablo Iglesias. Tras el 15-M, la irrupción de Podemos en las europeas de 25 de mayo de 2014, en las que le votaron 1.253.837 españoles, el 7.98%, y 5 eurodiputados, supuso una gran ilusión ciudadana que se ha ido achicando. Razones de este descenso. El atractivo de la novedad política ha desaparecido. Las desavenencias internas, reflejadas en la marcha o expulsión de algunos de los líderes de su fundación como Carolina Bescansa, Iñigo Errejón, Luis Alegre…. El excesivo hiperliderazgo. Las críticas mediáticas brutales y generales a Pablo Iglesias han dejado huella. No olvidemos que los referentes en las generales son los líderes de los partidos. Muy pocos aragoneses conocen los candidatos de sus circunscripciones.

Los peores resultados del pasado domingo con respecto a los del 28 de abril, pueden explicarse: la culpabilización en parte de la repetición de las elecciones; la competencia ideológica de Más País que en el Estado ha obtenido 554.066 votos, el 2,3%; y en Aragón, solo se presentaba en Zaragoza, MPAÍS-CHA-EQUO, 22.989 votos, el 3,3%. Y su postura más dialogante cara la resolución del problema de Cataluña.

Además en Aragón no podemos ocultar las luchas internas de Podemos. Sirva de muestra este comentario: “Estaría bien que los candidatos no se impusieran desde Madrid", reclamó Nacho Escartín”. Y no parece un buen candidato Pablo Echenique.