Ese hedor, ay, ese hedor. Uno se levanta y le viene a la cabeza Shakespeare, nada menos. Y como aquel Marcelo en Hamlet, piensa que en efecto, algo huele a podrido en esta España mía, esta España nuestra, pero sobre todo, esta España suya. Y como no tiene uno un Hamlet a mano, lo deja uno dicho aquí, por yo qué sé qué acaso. Conque deja uno de lado todo, por no aumentar más el ruido ambiente. Nada de redes, nada de opinancia, nada de nada. Se calla uno para molestar lo menos posible a los que sí hacen algo por nosotros que alguno habrá, digo yo. Y sobre todo por no añadir más ruido, ya digo, a aquello de lo que todos hablamos, quieras que no: la pandemia, que sólo el nombre ya acojona lo suyo.

Pues eso, se asoma uno al interés compuesto después de un tiempo huido, y da con que uno de los dos reyes se ha fugado; el primero, el viejo, que aquí a reyes no nos gana nadie: dos nada menos; y uno además emérito. Y pasa que al emérito JC-I, no obstante irse bastante de incógnito y de fea manera, le han sacado múltiples loas algunas de las Ex- Más Altas Autoridades del Estado (en adelante EMAAE), todas ellas ponderando los Altos Servicios Prestados a España, Coño (ASPEC, en adelante).

Y el caso es que en efecto, los ASPEC, prestados debían de ser, conque se los ha cobrado; vaya, que los había ido cobrando a buen precio; y aquí, los enterados, empezando por los EMAAE y seguidos por los numerosos y sagaces periodistas ydemás enterados profesionales de la cosa, ni idea, oiga. O bueno, al parecer, como que lo sabían, pero que a ver, o sea, que dados los ASPEC y demás etcéteras del emérito, pues que pelillos a la mar. Hasta que, a saber por qué ahora, ha salido todo a la superficie; mismamente como eso que dicen que tanto flota, cómo era… ah sí: la mierda. Y ustedes perdonen.

Y claro, por esa flotación tan olorosa le ha venido a uno aquello que el bueno de Horacio le dice al atribulado Hamlet en su tragedia; la de ficción, que la nuestra, con ser apabullante, no llega a tragedia. Aquí el manco de las barbas inventó el esperpento, y todo lo pasamos por los dichosos espejos cóncavos, donde sale, un poner, Don González, desde el yate de guardia, y el exchistoso oficial, don Guerra, diciendo que a ver qué va a pasar aquí, que si no se va a respetar nada o qué, con lo que tuvieron ellos que sacrificarse y trabajar para sacarnos a todos de pobres, gracias a la Grandiosa y Modélica Transición Española (y de las JONS, añade un amigo que sí que se trae cabreo con lo del monarca); pero diremos sólo GMTE, sin lo otro, por si acaso.

Y con esos y otros componentes de la más patriótica legión guardando la rampante figura de SM JCI para la Historia Sagrada de la Patria, puede su egregia persona seguir tan campante haciendo lo que suele. Solo o en compañía de otras, que hay presupuesto.