La pasada Semana Santa, con la práctica totalidad de los concejales de vacaciones, el Ayuntamiento de Zaragoza pidió a los tres equipos de arquitectos que habían quedado finalistas en el concurso abierto por el PP para levantar rascacielos en el césped de La Romareda que estudiaran la reordenación del estadio y su entorno. Como el plazo dado a los arquitectos para redactar el proyecto era de una semana, algún despacho declinó amablemente la invitación ante la imposibilidad de redactar semejante proyecto en seis días... de vacaciones.