Una reciente resolución de un juzgado de Huesca establece que es la Justicia aragonesa la competente para dirimir el pleito de las pinturas de la Sala Capitular del antiguo Monasterio de Sigena, que se encuentran en Cataluña. Un nuevo reconocimiento a las reclamaciones aragonesas de los abundantes bienes sacros que la comunidad vecina se niega a devolver. Sin embargo, tal reconocimiento exige un proceso para la anulación de la compraventa lo que presupone un recorrido jurídico que se arrastra ya desde hace demasiados años. Hasta las sentencias vaticanas se obvian en los obispados