La polémica sobre el cierre a cal y canto por las tardes de la Biblioteca de Aragón, y otros centros, durante el verano, es desde ahora agua pasada. Felizmente. Porque el centro tiene sus puertas abiertas por primera vez en varios años, ofreciendo en activo un servicio para el ciudadano que nunca debería haber faltado. Además, el espacio infantil también abre por las mañanas, como una prestación extra con respecto al habitual horario de invierno. El centro, que cuenta con más socios que el Real Zaragoza, mantiene su función en esta época del año donde los libros --los lectores-- están llamados a cobrar mayor protagonismo.