No creo que sea un tópico decir que las fiestas del Pilar de este año están siendo las mejores, si lo medimos por el rasero de la participación del público. Lo cierto es que a la masiva afluencia a todo tipo de actos es preciso sumar el creciente número de forasteros. No todos son buenos ni pacíficos, es cierto, pero puntúan igual que todos. Este año, además, ha hecho buen tiempo y la irresistible tendencia de los capitalinos a echarse a la calle sin rumbo fijo ni nada especial que hacer, sino disfrutar de la Ciudad, se ha manifestado una vez más. El buen hacer del Ayuntamiento gana puntos día a día, sobre todo porque se tiene el buen gusto, desde hace años, de no darles color político a las fiestas, y eso hace que no se generen rechazos, sino adhesiones y participación. Tan sólo una sombra en el horizonte: el AVE a su paso por el corredor del Ebro sigue aparentando síntomas de inestabilidad, y su peligrosidad supera ampliamente las barreras de lo admisible. Lo siguen diciendo los geólogos, y el nuevo Ministerio de Fomento, como el anterior, sigue sin hacer caso. Algún día tendremos que lamentar una desgracia colectiva, y nos rasgaremos las vestiduras. Como casi siempre, será tarde.

*Abogado