Por fin los niños aragoneses podrán acudir gratis al dentista. Todos sin caries. Queremos también a todos los niños con cada pieza dental en su sitio, sin que ninguna invada el territorio destinado a la de al lado, que luego vienen los conflictivos apiñamientos. Hoy día no hay chaval que se libre del ortodoncista: muchos dientes y muelas para unos huesos de la boca cada vez más pequeños. El motivo es el poco esfuerzo que éstos han de realizar para masticar la comida ligera de nuevo cuño. Y los huesos maxilares, terreno de asentamiento dental, como consecuencia de esta merma laboral, se tornan vagos y se desarrollan menos. Y las piezas allí ubicadas siguen siendo las mismas. El mm2 de maxilar, pues, se cotiza al alza, parece Puerta Cinegia o la plaza Aragón. Bienestar creciente, maxilar menguante. Y ahí te las apañes. Queremos niños de risueñas dentaduras para recibir a la Expo, que seguro viene: lo ha dicho la superministra Fernández de la Vega. En la Expo van implícitas infraestructuras de la europea puesta al día de la ciudad. En cualquier caso, es de suponer que se habrá previsto cómo afrontar las mismas si la Expo falla. Que Dios no lo quiera.

*Doctor en Medicina y radiólogo