Se equivocaron dos diputados (incapaces, al parecer, de distinguir una papeleta de otra) y el recambio en RTVE se quedó en el Limbo. ¡Qué susto! El caso es que como Sánchez y su PSOE (que es un PSOE mucho más desprejuiciado que el de Díaz y Lambán) están en el Gobierno cual funámbulo en la cuerda floja, el resbalón parlamentario de ayer fue saludado con un ¡uuuyyy! por el ansioso respetable. Justo al mismo tiempo, Borrell nombraba embajador en Italia al exministro conservador Dastis, cuya desastrosa gestión en el exterior de la marca España ha batido récords, y todos dan por hecho que Morenés, otro prócer de la derecha bisnera, nos seguirá representando en Washington tras haberse lucido parándole los pies a Torra.

De momento, las derechas españolas están intentando reacomodarse tras el terremoto de la moción de cesura. Ciudadanos ha dejado claras sus muchas limitaciones tácticas, y el PP... bastante tiene con lo que tiene. Casado ha logrado cerrar filas con todo el antisorayismo, y por las redes pululan mensajes ultras (lo siento, pero no puedo calificarlos de otra forma) en los cuales se tilda a Sáenz de Santamaría de roja y socialdemócrata, que ya es la leche. Pero en cuanto ciudadanos y peperos reaccionen un poco, esto va a ser la mundial, y no será raro que al Ejecutivo pedrista le entre el canguelo y tirite bajo el síndrome de Estocolmo que suelen padecer los socialistas cuando se meten en harina y sufren la reacción de la ídem.

Y luego, que el mundo está rarísimo. Trump ha pisado los callos de todos los aliados europeos, incluida su prima May, para acabar suavizándose ante un Putin que le recibió con cara de no te me pongas chulo que te meto una hostia. Se han vuelto todos locos. Esto parece una película de zombis, o de vampiros. Así que, si eres español, ya no sabes qué pensar del trío Corinna-Villarejo-Vilallonga (el compañero de pupitre de Aznar) y sus conversaciones sobre el Rey emérito. Y recelas del papel que pudo tener el CNI. Y acabas con un síndrome de Estocolmo de mucho cuidado. Como el presidente.