Siete y cuarto de la mañana , y abro la puerta de mi casa para recoger EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. Aparece la noticia de que un preso de Zuera se ha suicidado. Miro y eras tú. Me quedo helado sin capacidad ni de sentarme. Teníamos una relación personal desde hace años, eras bien pequeño cuando nos conocimos, ya que soy amigo de tu padre. No me lo puedo creer. Empiezo a llamar y me confirman que así es. Le doy el pésame a tu padre y me pide disculpas por no haberme avisado. Eras una buena persona; no merecías esto. Estabas cumpliendo tu pena y no tenia que haber pasado esto.

Voy a tu entierro para despedirme de ti, se respiraba dolor por todos lados. Que una persona hubiera cometido delitos no quiere decir que fuera mala persona.

De camino al cementerio, cerca del coche que te trasladaba, empiezo a pensar cuando eras pequeño y me decías que querías ser taxista como yo, de esto hace ya muchos años. O cuando te regalé una videoconsola que no tenias, la ilusión que te hizo.

O las veces que te saqué de calabozos por delitos menores, siempre te alegrabas al verme.

El sistema penitenciario no funciona. ¿No es en teoría la cárcel un centro para pagar tu castigo y poder reinsertarte? Me hago muchas preguntas. ¿Cómo es posible que pase esto en las duchas , si para entrar a ellas te tiene que abrir un funcionario de prisiones? ¿Cómo es posible que el sistema penitenciario no tenga medidas de prevención de esto? Son muchas preguntas que de momento no tienen respuesta. Esto se está convirtiendo en una lacra. ¿No hay responsables? ¿No dimite nadie ? Lo que sí que te puedo garantizar es que intentaré que se haga justicia y sepamos la verdad.

Nos veremos algún día amigo mío. Hasta siempre.

*Abogado