El realismo social, ahora de moda, es tan antiguo como la novela moderna.

Balzac, Tolstoi, Dickens o Galdós pusieron las bases de un estilo que aspiraba a reflejar las sociedades de su tiempo. Utilizando la pluma casi como una cámara fotográfica que, lejos de inventar nada, invitase al espectador, o al lector, a reflexionar sobre la realidad que le rodeaba, sus vicios, virtudes y sus posibles soluciones, expusieron ante nuestros ojos, a modo de grandes paños, la vida urbana y los tipos rústicos de sus épocas.

En Estados Unidos, uno de los primeros escritores en practicar el realismo social fue John Steinbeck. Asociado a la generación de Scott Fitzgerald, Dos Passos y Hemingway, pero muy diferente a ellos, logró reflejar los sueños, fracasos y, sobre todo, las abismales diferencias entre las clases sociales norteamericanas desde el crac del 29 hasta los años cincuenta del pasado siglo.

Millonarios, mecánicos, chicas de revista, mormones, pícaros, soldados, emigrantes… Amplísimas sagas de familias y personajes fueron engrosando novelas suyas como 'Las uvas de la ira', 'Al este del Edén' o 'El autobús perdido', que acaba de recuperar el sello Nórdica.

En sus páginas, Steinbeck demuestra su virtuosismo a la hora de construir personajes representativos. Como primera medida, y debido a una avería del autobús en el que todos viajaban, aislará a su elenco en una fonda, cerca de la frontera con México, e invitará a los protagonistas a conocerse mejor; incluso, a medida que se prolonga su espera, a convivir entre ellos. Las primeras cortesías dejarán paso a la codicia, al deseo sexual, y en muy pocos capítulos ese laboratorio humano que Steinbeck parece observar como un metódico científico estudia a sus ratoncillos de pruebas comenzará a dar resultados asombrosos. Por un lado, las relaciones familiares se desestabilizarán, prueba de lo frágiles que eran. Por otro, la reivindicación del mérito individual, la valía y bienestar personal se antepondrán a cualquier objetivo colectivo. En consecuencia, ese autobús y sus pasajeros seguirán perdidos por carreteras de frontera, en medio de crecientes dificultades y, sobre todo, de su desunión.

Una novela coral, real, sobre la fantasía del sueño americano.