Según las últimas encuestas, las próximas elecciones las ganará el PP. La duda está en si lo hará por mayoría absoluta o simple. Paradójicamente, más de la mitad de los encuestados opina que es necesario un cambio de partido en el Gobierno. ¿Ustedes lo entienden? En la lógica aristotélica, la explicación a este sofisma sería la siguiente: a la mayoría de los españoles no les gusta que gobierne el PP, pero no ven en el PSOE, ni en el resto de la oposición, una alternativa con garantías suficientes. Reflexionando un poco más allá de las cifras y porcentajes de las encuestas, otra conclusión se hace evidente: la mayoría de los españoles aguarda paciente a que gentes con nuevas y renovadas ideas ofrezcan ilusión, esperanza y renovación democrática. Tras cinco lustros de democracia, los partidos políticos siguen anclados en un modelo tan viejo y caduco que sólo sirve para que unos cuantos listillos sigan abonados al coche oficial (recientemente se han subido a él como locos quienes antaño lo criticaban), al despacho con derecho a secretaria y a la VISA oro. Entre tanto, los aparatos de los partidos tradicionales siguen empeñados en que todas aquellas viejas reivindicaciones de la gente (más participación, más democracia interna, más transparencia) sean papel mojado, para que puedan seguir medrando hatajos de incompetentes. La mayoría de este país opina que es necesario el cambio; pues a lo mejor a esa mayoría no le queda otro remedio que, a pesar de la cómoda modorra que nos inunda, participar y mojarse.

*Profesor de Universidad y escritor