El tuteo del oponente en público señala el arranque de la carrera electoral. Quedan cuatro meses para las europeas que, sin ser equiparables a autonómicas y generales, en tiempos de tormenta suponen un sondeo que puede plasmar el grado de desviación de los tradicionales resultados que salían de las urnas del sur. El registrador de la propiedad no está dispuesto a que esos comicios, si se tuercen, se interpreten como antesala de nada. Así que a recuperar el tono mitinero y a anunciar la siempre apetitosa rebaja de impuestos, sin muchos detalles, que ya habrá tiempo de comprobar a quién benefician cuando se acerquen las elecciones que interesan. Y, cómo no, en el cierre del cónclave siempre va bien adular a los ausentes haciéndoles partícipes del éxito que el líder vende: "España se va a llevar la crisis por delante gracias al esfuerzo de los españoles". Un peloteo cínico, porque la crisis y las políticas populares son las que se están llevando por delante a los españoles. Aunque no a la España de los cinco bancos principales, cuyos beneficios se han cuadruplicado este año. Le debía parecer poco la devastación económica y de servicios que viene propiciando en solo dos años que aún permitió apretar la ideológica con la Ley Wert, la de Seguridad Ciudadana y la reforma de la del aborto. Y con todo, hasta los suyos se le van por la derecha. Los que le prestaron el voto por la otra zona del arco político ya hace tiempo que se arrepienten. Así que la disyuntiva que planteó Cospedal: "El PP o la nada" ofrece pocas dudas. Periodista