Es muy habitual que un político mude su discurso al llegar al poder y que, poco a poco, sus decisiones se vayan alejando de sus promesas electorales. La sabiduría popular explica este proceso con un refrán algo absurdo: "Una cosa es predicar y otra dar trigo". Escudarse en el posibilismo es la coartada perfecta para convencer a tu electorado de que no es viable el programa por el que te votó. Parece que la sensatez sea de derechas porque este tipo de conversión se da casi siempre en gobernantes de izquierda. Ningún neocon decide subir el presupuesto de educación en aras del buen gobierno. El poder vuelve ultra al conservador moderado y consigue lo imposible: llevar todavía más a la derecha al clan Bush/Cheney que prometían austeridad y han elevado el gasto militar engrosando el déficit hasta cifras record. Desde luego presidir los USA te debe dar una perspectiva radicalmente diferente, porque parece mucho más sensato Lula que prefiere declararle la guerra al Hambre antes que a Sadam. Por eso estaría bien que las declaraciones de buenas intenciones de estos días en la ONU se concretaran en algo real, y que después de predicar, por una vez, alguien diera algo trigo.

*Músico y gestor cultural