Los 44 militares que componen el segundo grupo de apoyo logístico con destino a Irak emprendieron viaje ayer sin poder ocultar su inquietud por la actual situación. Ninguno expresó sus temores, pero los familiares que les acompañaron al aeropuerto de Zaragoza hablaban por ellos y ponían todas sus esperanzas en el plazo dado por Rodríguez Zapatero para el regreso de las tropas. Los graves sucesos desarrollados durante el domingo y los nuevos ataques sufridos ayer mismo son la más clara muestra de que la base del destacamento español no es la zona tranquila y sin problemas que auguraba el ministro de Defensa.