El Centro de Arte Religioso o Museo de la iglesia de San Martín, en Uncastillo, contiene verdaderos tesoros. Comenzando, por ejemplo, por el busto relicario del propio san Martín, en plata, que recuerda al de san Valero de La Seo de Zaragoza. Cruces procesionales de origen románico, muy tempranas, del XII, hablan de la religiosidad de aquellos tiempos de conquista en los que el reino de Aragón fue extendiéndose, a golpe de espada y fuero en busca de las tierras de Huesca, Barbastro, Zaragoza, Calatayud, Daroca o Teruel…

Además de su riquísimo patrimonio histórico y artístico, el meritorio trabajo que ha venido desarrollado en las últimas décadas la Fundación Uncastillo, sus labores de restauración y conservación y el calendario de actividades con que miman su divulgación invitan a recorrer esta mágica población de las Cinco Villas con asombro creciente.

Recorriendo sus calles, su historia viva en iglesias y castillos, en casas y palacios nos habla de una población capaz de construir edificaciones resistentes al paso del tiempo, con materiales tan nobles como las leyes de su cimentación y alzado, y con una distribución en pisos y habitaciones, naves y coros, altillos y campanarios que explica los usos de la vida cotidiana, del almacenaje a la oración, de la sacristía a la cocina, del salón nobiliar a los graneros con aperos, tinajas para el aceite, toneles de vino, y también palomares, conejeras, gallineros, en una economía familiar basada en los cultivos de la tierra y en la ganadería. Esa sensación de un pasado regido por la lógica, el conocimiento, la jerarquía gremial y el ritmo de la tierra y de la guerra no tiene nada que ver con aquella otra imagen, tan estereotipada, de un mundo medieval ignorante y sucio, con las almas tan colmadas de ignorancia como los corazones de odio a los señores feudales, o las calles de orines…

La visita a Uncastillo nos depara otros templos, también románicos, de enorme interés, como Santa María o San Miguel. Al hilo de sus consagraciones, personajes como Gaston de Beàrn, Fortún Sánchez o Arnal de Lascún fueron sucediéndose como tenentes en la defensa de la fortaleza que hoy sigue coronando la villa.

Y están, claro, el Uncastillo gótico, el renacentista… Para un próximo artículo.