El obispo Ureña se caracteriza por ser un buen anfitrión para sus amigos. Lo demostró ayer en El Pilar, donde el presidente del Santander, Emilio Botín, y la cúpula del banco no tuvieron ninguno de los impedimentos que tienen el resto de los mortales --con alguna excepción real-- para acceder al camarín de la Virgen. El motivo de la visita fue entregar un manto que ¡oh, sorpresa! lleva bordado de forma aparatosa el logo de la entidad bancaria. Otras entidades --Ibercaja y la CAI, por ejemplo-- también regalaron sendos mantos a la Virgen, pero se libraron muy mucho de poner su logo.