Ya ha vuelto de Alemania la delegación aragonesa que durante unos cuantos días hizo patria en aquellos lares. Mis gargantas profundas han convenido en poner de relieve la gran satisfacción producida por el éxito generado en tal delegación tras los diferentes encuentros mantenidos. Aragón será muy pronto Jauja, aunque otros prefieren hablar de El Dorado. Ojalá no se equivoquen. Es cierto que la sintonía entre el Gobierno de Aragón y la cúpula empresarial (con Manuel Teruel al frente) vive una luna de miel más que apasionada y este viaje de novios así lo demuestra. No lo es menos que la sorpresiva presencia del jefe máximo de Siemens (cuarto poder mundial en cuestión redes) fue interpretada en clave de máximo optimismo (y razones hay para ello). Ni que algunos invitados en su condición de profesores o investigadores, Rafael Navarro, Luis Oro, Armando Roy o Antonio Embid (en este caso tal vez por sus conocimientos de alemán), se entretuvieran platicando sobre qué estudios de los que se imparten en la misma merecen la pena (cuatro o cinco, por los que, sostienen que debería de apostarse). Lo dicho, todo estuvo muy bien, y debemos de felicitar a quienes impulsan tan loables movimientos, aunque ¿tiene algo que ver en la pujanza alemana la fuerza de su sistema educativo y el mimo con el que se ocupan de cuestión tan decisiva? El consejero Bandrés, tan eficaz y lúcido casi siempre, acaba de auspiciar recortes en Educación... que anuncian malos tiempos. Así no podremos ir lejos, querido Eduardo, y su visita a Alemania debería ilustrarle.

*Profesor de Universidad