Uno de los novelistas más interesantes de los últimos años, José Carlos Somoza, nos invita a visitar el Londres decimonónico, victoriano, oscuro y fascinante de Arthur Conan Doyle y su más brillante detective, el incomparable Sherlock Holmes.

Somoza visita hoy Zaragoza, para presentar esta tarde, en Casa del Libro, con Sandra Andrés, Estudio en escarlata (Espasa).

Una nueva y hermosa pieza en el engranaje narrativo de un autor tan conocedor de los géneros literarios como rebelde a sus fronteras, cánones o límites, que invariablemente busca desdibujar, en beneficio de una literatura más personal y universal a la vez.

Lo hizo en La caverna de las ideas, donde la novela negra y la histórica, la filosofía y el thriller se daban como buenos amigos las manos. En títulos como Clara y la penumbra, Zig Zag o La dama número trece se esforzó por dotar al erotismo, a la fantasía o a la ciencia ficción de nuevos recursos y atractivos, combinando mágicamente la intriga, la documentación y una sólida escuela en la elaboración de personajes.

En Estudio en negro (un claro guiño a la primera novela del ciclo holmesiano, Estudio en escarlata), Somoza crea un destacado personaje en ese Señor X recluido en un sanatorio y atendido por enfermeras a las que conturba con sus extraordinarias observaciones e intuiciones, muchas de las cuales tendrán relación con las investigaciones policiales sobre los crímenes de unos mendigos salvajemente asesinados en lo que parece una sangrienta serie ritual.

A partir de ahí, y de la aparición en la trama, en el elenco de la novela, de un jovencísimo Conan Doyle, Somoza irá tejiendo una novela policial de ecos clásicos, por un lado, pero muy rompedora, al mismo tiempo, en sus mimbres melodramáticos y en la utilización de escenarios teatrales y tipos de la época.

Un regalo en forma de homenaje al gran Sherlock, sí, pero también otra muestra del talento orquestal de este autor, José Carlos Somoza, que no se parece a ningún otro aunque hable a menudo con maestros del pasado, y a veces los invite o resucite para viajar al presente.