El contrato de Javi Ros, que renovó en junio pasado hasta el 2020, recoge una cláusula de rescisión de 2,5 millones en Segunda División que se amplía a cinco en la élite. El centrocampista navarro, que cumplió 29 años en febrero, está viviendo su mejor temporada en cuanto a rendimiento desde que llegó al Zaragoza en enero del 2016, en el mercado de invierno de esa campaña. Pero las lesiones, una rotura de fibras que le hizo perderse tres partidos en febrero y una fractura de peroné de la que se recuperó en tiempo récord y que le dejó solo tres encuentros fuera, están siendo su hándicap. 19 partidos de Liga, dos de Copa, tres goles y dos asistencias son sus números.

La cláusula de Javi Ros está lejos de las de Igbekeme, algo más de diez millones en Segunda y el doble en Primera, y Papu, con 10 millones en la categoría de plata y hasta 20 en la élite, mientras que Soro se va hasta los nueve y en ocho anda Guti, como también el guardameta Ratón, recientemente renovado. Por su parte, Lasure, Pombo y Delmás, aunque los dos últimos con la propuesta de renovación encima de la mesa, se quedan en seis, una cifra en la que estaría también Eguaras. De los jugadores que actualmente están en el Zaragoza solo Gual y Álvaro acaban en junio sus respectivas cesiones, aunque con el delantero del Sevilla hay una opción para renovar un año más el préstamo, y Toquero, que anunciará su retirada, acaba contrato. Por su parte, Chechu Dorado firmó en enero hasta junio, pero renueva por una temporada si disputa 13 partidos.

Ros llegó al Zaragoza de la mano de Narcís Juliá y firmó un primer contrato hasta junio del 2016 que después renovó por dos años. Acababa contrato el verano pasado y no llegó a un acuerdo en la primera oferta del Zaragoza, pero una mejora de esa propuesta y la llegada de Imanol Idiakez, que lo había dirigido en el filial de la Real Sociedad, fueron decisivas para que Ros acabara por firmar por dos años.

El navarro empezó la temporada como indiscutible con Idiakez, ya que disputó todos los minutos ligueros con el entrenador vasco. Era uno de los jugadores más en forma, pero Alcaraz lo sentó en el banquillo en sus dos primeros encuentros para darle la camiseta de titular contra el Nástic, donde fue decisivo. Sin embargo, llegó unos días después su lesión muscular y fue baja ante el Mallorca, el Alcorcón y el Cádiz.

Alcaraz le guardó sitio en el once tras volver de esa lesión y Víctor también le dejó como fijo antes de que la dura entrada del malaguista Keidi Bare le supusiera una fractura de peroné que tenía mes y medio de augurio de baja y que dejó en poco más de tres semanas. Volvió a tener minutos ante el Lugo y contra el Albacete y esta semana opta a la titularidad en Pamplona si Víctor dispone un planteamiento de mayor músculo y despliegue físico.