Todo personaje legendario, cuya obra traspase las épocas, ha de dejar al menos una frase personalísima para la historia. En ese propósito, mientras se afanaba por llevar al Zaragoza a ganar una Liga aunque en realidad lo que estaba haciendo era recorrer el camino inverso, Agapito Iglesias no ha querido ser menos que otros prohombres. "Se compra pero no se paga" fue su aportación a los libros de citas eternas una noche con la madrugada entrada.

Fiel a sus principios los está llevando hasta las últimas consecuencias. Sigue sin pagar las fichas de la plantilla y acumula una pila de deudas que no cabrían en una nave de Plaza. Hélder Postiga, que abandonó el equipo el pasado verano con un calendario acordado de pagos, tampoco está cobrando lo que firmó antes de marcharse al Valencia. Uno más. Se compra pero no se paga. Mira que lo dijo bien claro...