La llegada de Raphael Dwamena a la concentración de Boltaña tuvo un efecto de claro subidón para el cuerpo técnico y para el propio Víctor, al que se le iluminan los ojos al hablar de las posibilidades que le ofrece el delantero ghanés, tanto para jugar en punta de ataque, como para entrar desde la banda, desde el carril izquierdo. Se estima en los técnicos de la entidad que con el delantero cedido por el Levante el Zaragoza va a ganar en potencia y en capacidad en la arrancada, aunque no tenga tanta velocidad en carrera, sí es un jugador con una salida brutal. Es además un ariete que cuerpea bien, que trabaja y que se faja con los defensas, además de tener remate.

En el Zaragoza la sensación es que Dwamena puede dar su mejor versión en esta temporada y se alude, de forma clara, a los más de 6 millones que el Levante pagó por él, una inversión solo justificada en su alto nivel.

El punta llegó a primera hora de la tarde a Boltaña y le esperaba Alberto Belsué. Acompañado por Lalo Arantegui, director deportivo, y por José Mari Barba, secretario técnico, se reunió antes de comer con Víctor y con Loreto para intercambiar las primeras impresiones. Con el técnico ya lo había hecho varias veces, la noche del martes la última, cuando el jugador estaba más que deseoso de subir ya en ese momento al stage, aunque lo primero era la presentación en La Romareda.

BUENA RELACIÓN CON GRIPPO

No solo con Víctor habló el punta, también con Grippo, al que conoce personalmente tras haberse enfrentado en algún amistoso en Suiza, además de que uno de los representantes del ariete es un muy buen amigo del central. Por eso, Dwamena llamó a Grippo para conocer el Zaragoza que se iba a encontrar y ayer fue el defensa uno de sus cicerones.

No el único, porque Dwamena fue acogido con el clásico pasillo de collejas por sus compañeros al comienzo de una sesión donde se le vio asociarse bien en varias jugadas con Luis Suárez, ya que anotó algun gol tras pase del delantero colombiano. Víctor también estuvo muy pendiente del futbolista, con el que dialogó al acabar la sesión vespertina en el campo de Villaboya.