—¿Cómo están yendo estos primeros días por Oviedo?

—La primera semana ha sido un poco complicada porque he estado con fiebre, pero ahora ya muy bien. El equipo me ha acogido con los brazos abiertos, ya he encontrado un piso y poco a poco me estoy instalando.

—¿Cree que podrá debutar este sábado contra el Alcorcón?

—Bueno, no sé. El equipo está muy bien y en los dos últimos partidos hemos ganado uno (al Albacete) y empatado otro (contra el Rayo Vallecano), así que dependerá de la semana, pero espero poder ayudar al equipo.

—¿Por qué eligió al Real Oviedo para continuar con su carrera?

—Podría haberme quedado en el Real Zaragoza también porque he estado increíblemente bien, pero en la última semana de mercado contactó conmigo el director deportivo Arnau y me explicó el proyecto que tiene ahora y de los años que vienen. Hablando más y más me fue convenciendo de que podía ser algo bueno para mí. Tuve que hablar mucho también con mi novia y al final tomamos esa decisión.

—¿En qué momento se dio cuenta de que lo mejor era salir del Real Zaragoza?

—Fue en la última semana. Tuve una charla con el míster, que nunca dijo que me tenía que ir, eso lo quiero recalcar. Quería que me quedase, pero también me comentó que se iba a fichar a un central. Yo ya me perdí el año pasado y no pude jugar al fútbol y lo que amo es competir. Vi que mis posibilidades de jugar eran menores en el Zaragoza. Es decir, no hablé con el míster y dije: «Voy a buscarme un equipo». Fue casualidad, se abrió la puerta del Oviedo, me convencieron y aquí estoy.

—Veía que contar con minutos iba a ser muy complicado.

—Sí, pero no me lamento. Al final he jugado 17 partidos entre Liga y Copa y todo ello saliendo de una lesión de nueve meses. Han sido todos muy honestos conmigo. Tampoco el Zaragoza dio ningún paso para mi renovación y aquí me ofrecieron estos seis meses más dos años. Había que tomar una decisión y no fue fácil porque he estado en el club, la ciudad y con los compañeros muy, muy bien. Quizá ha sido el sitio en el que mejor he estado de mi carrera.

—¿Alguien le dijo claramente que iba a ser el quinto central a priori o fue algo que intuyó?

—No, no me dijeron nada, pero también en diciembre jugué más en Copa del Rey que en Liga. Uno más uno hacen dos, aunque el fútbol da muchas vueltas. Podría ser que en febrero no jugase mucho y de repente que me necesitasen y jugase, pero fue más una decisión de cara al futuro. Me quedaba libre en verano y con el riesgo de no jugar mucho hasta entonces. Se me complicaba la situación.

—Lalo apostó fuerte por usted y le trajo de Suiza. ¿Qué le comentó cuando hablaron de la posibilidad de salir del club rumbo a Oviedo?

—Primero dijo que no porque nadie quería que saliera, pero que si estaba convencido no iban a ponerme piedras en el camino. Todo ha sido muy claro y honesto por todas las partes. Los recuerdos que tengo del Zaragoza y de las maneras es que todo ha ido perfecto.

—Trabajó para el equipo sobre el césped y fuera de él y la entidad ha tenido gestos con usted, como la renovación tras su grave lesión o que le hayan permitido marcharse.

—Siempre he sido honesto y creo que el Zaragoza me ha puesto en valor y yo al club. Agradezco cómo han sido conmigo en todas las situaciones y en el fútbol moderno cosas así suceden pocas veces. Estoy muy contento de mi etapa en el Zaragoza.

—¿Cree que era necesario fichar a otro defensa central en el mercado de invierno estando ya cuatro en nómina?

—Como jugador, no, pero es normal porque un futbolista siempre quiere jugar. Si le pregunta a cualquier central todos dirán que tienen que jugar, pero desde el punto de vista de la calidad el Zaragoza ha fichado a un buen jugador. No le he visto mucho, pero me han dicho que es un buen futbolista.

—¿Qué valoración hace de su rendimiento en el Zaragoza en estas dos temporadas y media?

—Positiva. Cuento los dos años que he jugado porque el curso pasado jugué un cuarto de temporada por la lesión del cruzado. Las críticas están siempre ahí, el Zaragoza tiene una gran historia, pero tampoco puedo recriminarme mucho. Cuando he estado bien siempre he jugado y en mi primer año terminamos terceros. Ahora me voy de Zaragoza también en el tercer puesto y siendo una de las mejores defensas de la Liga, cierto es que con menos protagonismo, pero con 15 partidos de titular entre Liga y Copa. Los datos hablan bien de mí, sinceramente.

—¿Con qué momentos o detalles se queda de su paso por el Real Zaragoza?

—Con el día a día. Entrar al vestuario, tener buen rollo… En este tiempo siempre ha habido un grupo fenomenal, me he notado muy bien y cada día he entrenado con alegría. Eso no tiene precio. En cuanto a momentos claves están el playoff y su ambiente en el estadio, el cariño y apoyo de la gente, y el día contra el Real Madrid, que fue increíble.

—Sus excompañeros hablan muy bien de usted y le guardan un gran cariño.

—Estoy en contacto con ellos, han sido durante dos y medio como mi segunda familia. Soy un tipo siempre positivo e intento hacer grupo porque mi carrera me ha demostrado que las grandes cosas se alcanzan con los buenos grupos.

—Ahora afronta un nuevo reto en Oviedo, tanto personalmente como con el equipo, con el objetivo prioritario de la permanencia en Segunda.

—Estoy con mucha ilusión y ganas, a tope y convencido de que este año no va a ser fácil, pero que nos vamos a salvar. He visto un equipo muy vivo, dinámico y que compite muy bien y eso es muy importante en Segunda.

—¿Firma que el Real Oviedo se salve y el Real Zaragoza suba a Primera?

—Lo firmo, lo firmo (se ríe).