Las palabras de Natxo González no sonaron a novedad. Hace días que se sabe que la lesión de Raúl Guti es más de lo que se pensó en un principio. El futbolista zaragozano sufre una pubalgia que lo tiene apartado de los entrenamientos desde la semana previa al choque frente al Valladolid. No hay mejoría milagrosa por el momento, como explicó ayer el técnico zaragocista en su comparecencia: «Para esta eliminatoria no lo espero. Para la siguiente, si conseguimos pasar, ya veremos. Pero ahora mismo es impensable tenerlo», dijo el técnico, consciente de que es muy complicado que el centrocampista aragonés pueda volver a jugar esta temporada.

Esa circunstancia le genera un problema a Natxo González en esa zona del campo donde el equipo anda algo corto de efectivos. En el Mini Estadi, por ejemplo, ya ocupó ese espacio Febas durante un buen rato. «Para este partido de Soria no me preocupa. Me preocupa de cara al siguiente partido. Estamos viendo qué posibilidades podemos plantear, visto que Guti no va a estar. Tengo que pensar un poco cómo gestionar esto», dijo el técnico en referencia a los minutos que deben consumir Zapater y Ros, que junto a Guti se han ido repartiendo los minutos en la segunda vuelta para llegar más frescos al final. Su colocación en los interiores les supone ejercer un trabajo muy superior al que tienen en otra disposición. Para esa zona solo le quedaría Pep Biel, ya que ni Papu ni Buff han funcionado bien en esa zona. Otro que cuadraría en ese puesto, Alain Oyarzun, está lesionado.

Quien sí podría estar en esta eliminatoria es Simone Grippo, un jugador de la confianza del entrenador y que en Barcelona jugó 90 minutos. «Lo vi bien, al nivel que siempre ha mostrado. Es bueno que lleguemos muchos jugadores con posibilidades de competir. Puede ser decisivo de cara al futuro tener tantos jugadores disponibles. A estas alturas, con la temporada tan larga, puede ser decisivo tener buena profundidad de equipo».