No echó balones fuera Lalo Arantegui, director deportivo del Real Zaragoza, al señalar las causas de la crisis que ha abocado al equipo a una situación «muy complicada», ya en puestos de descenso a Segunda B. «No quiero que la responsabilidad recaiga en ninguna otra persona. Es mía al 100%. Desde que llegué a este club he tenido toda la libertad para tomar decisiones. Ha sido así siempre y seguro que seguirá siendo, así que, como máximo responsable del área deportiva, asumo todos los errores que han sucedido hasta este momento». Alto y claro.

El mea culpa fue una constante durante la media hora larga que duró la comparecencia que también presenciaron el presidente Cristian Lapetra, el director general, Luis Carlos Cuartero, el director financiero, Mariano Aured, y los miembros de la secretaría técnica José María Barba y Álex Monserrate. Todos ellos quisieron respaldar a Lalo, al que Cuartero dedicó un gesto cariñoso al término de la rueda de prensa. «Hay preocupación en el Consejo y la dirección general porque esto es una crisis en toda regla a nivel deportivo, pero siempre me han transmitido el 100% de su confianza y también ayer -por el lunes- en la reunión que mantuvimos», indicó Arantegui.

«Podía haber hecho las cosas mejor», insistió el director deportivo, que no incluyó entre esos errores cometidos la contratación de Imanol Idiakez, un técnico inexperto para asumir el reto de un ascenso que ahora adquiere ya tintes quiméricos. «No fue un error porque entonces estaba convencido de lo que hacía» aunque admitió que «ahora, con los resultados en la mano, no ha sido una buena decisión».

Tampoco se escondió Lalo a la hora de admitir que tal vez se dispararon las expectativas en torno al equipo, al que desde el propio club se cargó con el objetivo inexcusable de acometer de una vez el ascenso a Primera División. «La expectativas, desde el primer momento, han sido muy altas y me pongo el primero, pero esta competición es todavía más complicada que la anterior por muchos motivos. En ningún momento he puesto excusas ni me he escondido en momentos difíciles, pero, con la responsabilidad que tengo, quiero transmitir que se le va a dar la vuelta a esta situación». De hecho, requirió, en este sentido, «que nadie dude de que vamos a poner todo nuestro esfuerzo en ello y en concienciar a los jugadores de la capacidad que tienen porque así lo han demostrado».

CONFIANZA

No fue un mensaje de tranquilidad. «No puede serlo porque nadie esperaba esta situación», sino de confianza. «El cuerpo técnico y los jugadores también están sufriendo, pero, al igual que sucedió el año pasado por estas mismas fechas, estoy convencido de que se va a dar la vuelta a la situación», reiteró Lalo, que reclamó «apoyo y calma». «Siento mucho la situación en la que estamos, pero es ahora cuando más fuerte estoy y con ganas de darle la vuelta a este momento, que, seguro, nos va a hacer crecer».

Aunque no será fácil. Semejante crisis castiga a la plantilla más joven de la categoría y a un entrenador recién llegado que, en sus dos primeros partidos, no ha logrado revertir la delicada situación. Pero Lalo está convencido de que lo hará. «El cuerpo técnico y los jugadores tienen mi máximo apoyo». De hecho, garantizó la continuidad de Alcaraz, pase lo que pase, hasta final de temporada. Como mínimo. Y rechazó una «revolución» en la plantilla cuando se abra, en enero, el mercado de fichajes.

Pero la galopante crisis sí ha obligado a desviar el objetivo. El ascenso ya ha perdido el primer plano. Ahora se trata, solo, de salir de esta. «Ojalá logremos el objetivo, que para el Zaragoza siempre debe ser subir a Primera División, pero, sin tapujos, estamos peleando por no descender a Segunda B y hablar de cualquier otra cosa es algo muy lejano». Así de claro. Así de triste.

Lalo no se toma la Segunda como un «castigo» porque «estamos donde tenemos que estar tras seis temporadas y cada año va a ser más difícil». Por eso, reitera que «no nos beneficia en nada crear una expectativa y decir que tenemos que estar todo el año entre los dos primeros. Llevamos tres puntos de los últimos 24 y, con la máxima humildad, nos queda volver a competir, ganar y pensar que estos jugadores ya han demostrado su capacidad, no en el objetivo de junio. Solo centrarnos en el corto plazo. En Tarragona primero y el Mallorca».

El director deportivo subrayó que «no queda otra que seguir trabajando» y será a final de temporada cuando el boletín refleje la calificación definitiva. «Yo dije que creía que la plantilla era, incluso, mejor que la del año pasado, pero hay que ver cómo ha estado hasta ahora. Hay que esperar a que estén todos disponibles, tener paciencia y en junio será cuando debamos decir si la temporada ha sido nefasta o no». Los primeros frutos, afirma, se recogerán pronto. «Tras un cambio de entrenador, hay que esperar unas semanas antes de obtener un rendimiento inmediato».