Los 315 minutos que acumula Álvaro Vázquez sin marcar le impiden superar su mejor marca anotadora personal. Tres jornadas consecutivas acumula el catalán sin gol, lo que le ha anclado en las siete dianas. Las mismas que logró en la temporada 2014-15 con el Getafe en Primera División. La sequía, sin embargo, no tiene su causa en la falta de oportunidades. Más bien al contrario. Porque Álvaro ha dispuesto de, al menos, siete ocasiones claras durante estas tres jornadas. Todas ellas en momentos clave de los partidos. Al inicio o al final de uno de los dos periodos. Ninguna de ellas acabó en gol.

El calvario comenzó en Lugo. Venía el delantero catalán de marcar tres tantos en los dos últimos partidos. Uno de ellos, incluso, había dado la vuelta al mundo merced a una extraordinaria espuela en el último minuto del choque ante el Oviedo. El equipo gallego, por supuesto, se había adelantado en el marcador merced a un penalti convertido por Pita, pero, antes, el Zaragoza había podido hacerlo por partida doble. Ambas en botas de Álvaro y las dos acabaron fuera. La primera de ellas sucedió pronto. A los ocho minutos, el delantero, con todo a su favor tras un gran centro de Benito, mandó el balón desviado. Cuatro más tarde, el catalán volvió a fallar una ocasión todavía más clara. Sin portero y al borde del área pequeña, Álvaro tampoco acertó a rematar entre los tres palos un rechace del poste a disparo de Pombo.

El doble error pasó factura al delantero, que tampoco se despegó del gafe cuando, al borde del descanso, el árbitro señaló un claro penalti cometido sobre él mismo. Álvaro mandó el balón fuera por tercera ocasión consecutiva.

Las cosas no mejoraron una semana después . El partido ante el Albacete parecía ser, para Álvaro, una continuación del duelo en Lugo cuando, a los diez minutos, el zaragocista se plantó solo ante Tomeu Nadal tras un gran servicio de James y su remate picado acabó en el guante derecho del portero del cuadro manchego.

La quinta ocasión errada es, en todo caso, la más compleja. A los diez minutos de la reanudación de ese mismo choque, Álvaro, solo y en posición franca, se perfiló mal para conectar una volea que se marchó desviada.

Y todo fue aún peor en Pamplona, donde, de nuevo, el buen trabajo de Álvaro quedó sepultado por su pérdida de olfato goleador. De nuevo, todo empezó pronto. Otra vez a los diez minutos. De frente al marco y en inmejorable posición, volvió a enviar fuera un servicio de Nieto.

Pero, quizá, el fallo más doloroso se produjo a falta de ocho minutos para la conclusión, cuando tampoco acertó a convertir en gol un mano a mano con Rubén. El catalán, quizá exhausto, eligió perfilarse y definir con la zurda. Fuera. Otra vez.