Acaba de dar el sí al Murcia, donde ya ha sido presentado y hasta junio, con opción a un año más si hay ascenso a la Liga Pro, toma los mandos de un histórico metido en una crisis deportiva e institucional en Segunda B. Tras año y medio de segundo de Víctor Fernández, etapa que finalizó en verano, el exzaragocista José Luis Rodríguez Loreto analiza su nuevo reto y habla del pasado y de su etapa con el entrenador aragonés

--¿Qué le lleva a aceptar la oferta del Murcia?

--Tenía ganas de volver a llevar un equipo yo solo y qué mejor sitio que en un lugar donde ya estuve durante tres años y pico y donde fui tan feliz como jugador. Ese cariño de la afición lo había vivido y también es una responsabilidad enorme por esa acogida devolvérselo ahora. Esta es una gran oportunidad en un club con mucha historia, que tiene más de 10.000 socios. Estoy muy feliz, pero también siento esa gran responsabilidad.

--El momento deportivo del Murcia es delicado, a tres puntos de la promoción de ascenso, pero a dos del 'playout' cuando restan solo cuatro partidos.

--Es que cuando llegas a un equipo como entrenador suelen ser situaciones delicadas. Si fuera bien todo, no hubiera habido ese cambio en el banquillo. Hay que pelearlo, estamos a tiempo de todo, de darle la vuelta a la situación en los cuatro partidos que quedan para el final de la primera fase.

--El club también anda en batallas en la propiedad, hay problemas económicos. La plaza no es fácil.

--Yo me centro en lo deportivo, en esa parte. En el aspecto de gestión hay un grupo de personas que están trabajando. Sé la situación que hay y que están intentando buscar soluciones, pero es que creo que lo que le falta al equipo es que deportivamente sea capaz de salir para intentar crecer y con ese crecimiento quitarse de muchos problemas.

--Logró el ascenso con el Ebro a Segunda B y no llegó a entrenar en esa categoría, ahora sí lo hace. ¿Cree que se ha hecho un poco de justicia con esta oportunidad?

--El fútbol no es tan sencillo. En su día fui merecedor de haber llevado ese equipo en Segunda B, pero las circunstancias fueron otras y hay que aceptarlas con tranquilidad y normalidad. He seguido trabajando, formándome y preparándome. Siempre creo que si las cosas las peleas y te preparas te acaban llegando y ahora es el momento de aprovecharlo.

--Estuvo año y medio de segundo con Víctor, hasta el pasado verano. ¿Qué le ha dicho él?

--Le he tenido informado desde el primer momento y fue el que primero que lo supo cuando firmé. Esta feliz por mí. Me dio una oportunidad muy grande en mi carrera, le estaré agradecido siempre y he aprendido muchísimas cosas a su lado.

--¿Qué se lleva de esa etapa de segundo suyo en el Zaragoza?

--Me llevo muchas cosas de él. Todos tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes, también Víctor, pero su trayectoria es impoluta y llena de éxitos. Estar a su lado te impregna de muchas cosas, he intentado aprender cada día de él, ha sido muy entrañable y cariñoso conmigo, además de cuidarme bien. Ahora debo volar solo y está claro que muchas cosas que he aprendido a su lado las llevaré a la práctica.

--¿Le molestó que el club una vez que Víctor no quiso seguir no pensara en usted?

--Claro que me hubiera gustado esa apuesta por mí, pero también entiendo la posición del club, que vio que a lo mejor en ese momento no estaba preparado y tomaron otras decisiones. Le digo muchas veces a mis hijos que para ir a Roma se puede ir en avión, en coche, en bici o andando, de una forma u otra pues tardas más, pero si insistes acabas llegando. Yo ahora tengo que hacer las cosas bien, consolidarme y que mi progresión siga creciendo.

--Roma es ser entrenador del Zaragoza. ¿Se lo plantea como reto, como sueño o como ilusión?

--Entrenar al Zaragoza es un caramelo para cualquiera y más para mí que he estado tantos años allí, como jugador y después como segundo de Víctor. Pero quiero vivir el día a día, aprovechar este momento y después irán llegando cosas. Claro que tengo esa ilusión, pero con calma y sin volverme loco, me centro en lo de ahora, en sacar la situación del Murcia, que es también un club histórico

El fallido regreso en noviembre

El fallido regreso en noviembre--En noviembre se planteó el regreso de Víctor y no se llegó a un acuerdo. ¿Habría vuelto usted de segundo?

--Habría regresado con él, eso estaba claro. Tampoco estuve en las negociaciones, es pasado y ahora el Zaragoza está enderezando el rumbo con Juan Ignacio Martínez.

--¿Qué cree que falló para que Víctor no volviera?

--No lo sé, de verdad. Es complicado de explicar, quizá no se dieron las circunstancias y ya está. Tampoco estuve muy metido, porque era un tema de Víctor que tenía que resolver él, no le quise agobiar ni insistir, sino esperar a que tomara una decisión para si se daba ese regreso estar a su lado.

--¿Cree que Víctor se negó a volver?

--Lo que sé es que Víctor ha demostrado con creces que es zaragocista, de eso no hay ninguna duda. Y si algún día el club lo necesita seguro que estará ahí, ayudando y tirando del carro, pero las circunstancias insisto en que fueron otras. El Zaragoza ha encontrado un entrenador que ha sabido sacar adelante una situación complicada y hay que seguir confiando en él y apoyándolo porque va por el buen camino.

--Cuando empezó la temporada del Zaragoza, ¿esperaba un año tan difícil con la plantilla que había?

--Claro que no. Al principio creo que sí había alguna carencia en el equipo que ahora se ha subsanado. Y a veces no son solo los fichajes, sino también otras circunstancias. Han cogido a un entrenador con experiencia, que tiene claro su método y su discurso, y eso hace que los jugadores crean en el camino que llevan. No va a ser sencillo, pero las señales de que ahora sí se están haciendo bien las cosas son evidentes.

--En la mejora que ha vivido el Zaragoza con JIM siempre se señala el aspecto motivacional. ¿Cree que es la clave de todo?

--Es importante, pero no solo se ve la mejoría en esa faceta, ya que ha implantado su carácter al equipo, también el orden táctico… Las cosas no suceden por casualidad en el fútbol, cuando se vive una reacción así es porque los jugadores creen de verdad.

--¿Ve sufriendo al Zaragoza por la salvación hasta final de temporada?

--El futuro no es fácil predecirlo. Tienen que mirar el presente, el crecimiento y la progresión de los últimos partidos están ahí. Lo que pase después no lo sé. Hubo mucha rémora de falta de puntos al principio de Liga y eso se nota siempre hasta el final. Nosotros en el primer año cuando llegamos en diciembre (18-19) nos salvamos a falta de tres partidos. Lo importante no es cuándo te salves sino salvarte. Deben mirar el día a día, en esa batalla a vida o muerte que es cada partido y sumar puntos, pero también estoy convencido de que este entrenador sabe que esa es la filosofía que tiene que llevar el equipo y no mirar más allá.