Vaya por delante que el punto, esas tablas en el tramo final cosechadas ante el Cádiz (1-1) en el Ramón de Carranza, es importante, que empatar en el campo del líder y asentarse aún más en la promoción, sacando seis puntos con un partido menos al séptimo, y mantener la inercia positiva en un campo tan complicado son noticias del todo positivas. Pero el Zaragoza, disciplinado en lo táctico, con sacrificio y con orden, aunque con escaso colmillo en ataque, vio muy cerca la victoria que Soro había traído en una bandeja exquisita con un sutil toque con la zurda ante Cifuentes tras un gran pase del debutante El Yamiq.

Ahí, al comienzo de la segunda parte, con la ventaja, con los minutos que pasaban, con varias contras que el Zaragoza mandó al limbo, con la seguridad de Cristian en cada intervención, la victoria, la valiosísima victoria, se acercaba para regocijo zaragocista, ya que suponía un paso de gigante en pos del ascenso directo. Sin embargo, llegó ese empate, en una mala cobertura ante Perea, que se fue de hasta cuatro zaragocistas y en un penalti de Eguaras que Álex Fernández mandó a gol en el minuto 83 para que el Zaragoza maldijera su suerte, para que sintiera una pena máxima con un punto muy bueno que con el paso de las horas valorará más. Pero tras el choque la sensación era amarga.

El partido del Zaragoza en el feudo del líder fue bueno en muchos aspectos, sobre todo en lo que se refiere al rigor táctico y a la disciplina. Nada que objetar por ahí. Este Zaragoza ha demostrado que es candidato al ascenso directo y partidos como el del Carranza refuerzan esa teoría cuando a los de Víctor aún le restan 17 citas por jugar, una más que el resto. El técnico, para un partido tan especial, dispuso del once previsto que la lesión en el calentamiento de Atienza hizo cambiar para que llegara el estreno de El Yamiq, que estuvo convincente a todas luces en el flanco izquierdo del eje de la zaga.

Víctor, eso sí, varió el guion táctico reforzando el medio con James y situando a Puado volcado a banda izquierda en un 4-1-4-1 que no funcionó, sobre todo en la parte ofensiva. Porque en ese apartado, en la primera parte, el Zaragoza no existió. Lo compensó con un orden espartano, solo perdido en una ocasión de Lozano a la espalda de los centrales que Cristian desbarató.

El Cádiz, al que le cuesta un mundo generar peligro con la posesión, no se sentía cómodo con el partido y solo Salvi inquietaba en ataque, poniendo en apuros a Nieto pese a las ayudas de Puado. Un remate en un córner de Fali fue el único 'minisusto' para el Zaragoza, tan previsible en ataque, ya que Luis Suárez pasaba una tarde de melancolía, como eficaz en tareas defensivas, donde El Yamiq iba creciendo en su aportación.

Necesitaba más profundidad el Zaragoza tras el descanso y, con los mismos argumentos, la encontró nada más empezar el segundo acto. El Yamiq levantó la cabeza y vio el desmarque de Soro, que acostó la pelota con el pecho y la levantó ante la salida de Cifuentes. Un golazo del ejeano que suponía un golpe en la mesa del Zaragoza, donde Víctor había tocado el plan para meter en banda a James y situar a Puado con Luis Suárez para tener más fresco al catalán y sumar más capacidad de llegada.

No se notó mucho la variación, la verdad, porque el Cádiz dio un paso adelante y Perea comandó a su equipo para disgusto de Vigaray, que comenzó a sufrir de verdad. Cristian rechazó el disparo del extremo, que se había ido del lateral madrileño, y después el argentino atrapó un remate de Fali. Otro intento de Álex Fernández, desviado, aumentó la sensación de peligro local, aunque el Zaragoza, compacto y serio, no sabía aprovechar bien las contras. Con la salida del también debutante Dani Torres por James, Guti pasó a la derecha y Soro a la izquierda, pero el Zaragoza no lograba ser peligroso arriba, aunque mantenía el tipo y la seguridad.

Una contra errada por Guti, al que Cifuentes le detuvo un mano a mano en fuera de juego y, sobre todo, un tremendo fallo de Eguaras, al que se le apagó la luz en el área para acabar un contragolpe con su disparo hicieron que el Zaragoza lamentara su mal balance ofensivo. Pero ahí estaba Cristian, impecable en un remate de Malbasic, recién salido al campo al igual que Pombo, más que perdido ante su exequipo.

Víctor apostó por Kagawa, aunque no estaba la batalla para el estilismo del japonés, que vio pasar a Perea como también Guti, Vigaray y Dani Torres. Eguaras lo paró con penalti y Álex Fernández transformó una pena máxima que el colegiado no vio en la otra área de Cala a Dani Torres, que desde luego no fue para nada clara, aunque aumentó aún más la sensación de dolor con la que el Zaragoza se marchó de Cádiz. Estuvo tan cerca el tesoro...

Cádiz: Cifuentes; Carcelén, Fali (Malbasic, m.67), Cala, Espino; Garrido, José Mari (Bodiger, m.77), Álex Fernández; Salvi, Perea; y Lozano (Pombo, m.71).

Real Zaragoza: Álvarez; Vigaray, Guitián, El Yamiq, Nieto; Eguarás, Guti, Soro (Kagawa, m.80), Igbekeme (Dani Torres, m.60); Puado y Suárez (Pereira, m.91).

Goles: 0-1, M.46: Soro. 1-1, M.83: Álex Fernández, de penalti.

Árbitro: Ortiz Arias (del Colegio Madrileño). Amonestó con cartulina amarilla a los locales Cala, Fali y Lozano y a los visitantes Guti y Nieto.

Incidencias: Partido de la jornada 26 de Segunda División A, disputado en el estadio Ramón de Carranza ante 17.818 espectadores.