Llega la Copa con su eterno debate sobre si hay que tirarla o seguir adelante y con un clima nublado con amenaza de tormenta. O incluso de tempestad. Viene el Cádiz a La Romareda, a partido único, y con el premio de jugar ante un Primera División en caso de ganar. Y la recompensa sería doble por lo menos, ya que un triunfo calmaría las aguas y el ambiente enrarecido que vive el Real Zaragoza. Los resultados aprietan y pueden ahogar a Idiakez o a más de uno. Quizá no mañana, pero sí se vislumbra la sombra en el horizonte.

La Copa y el equipo aragonés tienen una relación de amor venida a menos por la estancia en Segunda. Ahora bien, el choque llega en un momento bastante inoportuno. El de esta noche es un duelo para el lucimiento de los suplentes y para evitar males mayores, aunque sin el equipo titular, salvo hecatombe o victoria contundente, pocas conclusiones se podrán sacar. De hecho, casi tiene más a perder que a ganar el conjunto blanquillo.

Aunque la Copa del Rey no es la Liga, lo que de verdad interesa al Real Zaragoza, varios son los alicientes que rodean a un partido con ambiente viciado. El primero, irremediablemente, es Idiakez. Está en la cuerda floja, cerca de la línea roja que marca el precipicio hacia su destitución, pero con fuerzas y convencido de que ganar al Cádiz y romper la mala dinámica daría confianza al equipo. Y así, todo es más fácil. Ha firmado el peor arranque desde el descenso a Segunda con diez puntos y su crédito se acerca a los números rojos. En su favor juega la idiosincrasia del encuentro, que es de Copa del Rey, y el apoyo del vestuario, pero ante el Tenerife se la juega.

Además, después de los primeros cánticos en su contra (Idiakez vete ya) tras la derrota en Los Pajaritos, ahora le llegan dos exámenes más exhaustivos. La Romareda, siempre soberana, exigente y agradecida según los tiempos, es una incógnita cómo reaccionará ante el preparador donostiarra y el resto del equipo, sobre todo con el transcurso de los minutos. La Copa no lo remediará, pero al menos una victoria serviría para sumar nuevos soldados a la mermada escuadra aragonesa y apaciguar el ambiente.

En el apartado deportivo, pocos teóricos titulares serán de la partida. De hecho, puede que no juegue ninguno. Idiakez no ha ocultado sus intenciones en los primeros entrenamientos previos al choque de esta noche y ha tenido a los titulares haciendo trabajo más específico de recuperación con la mirada puesta en el domingo contra el Tenerife.

EL CÁDIZ, EN CUADRO

Así, llega una nueva oportunidad para algunos nombres. Ratón volverá a la portería; Delmás al lateral derecho, ya que Benito está entre algodones y no se quiere arriesgar y Nieto al lateral zurdo. Álex Muñoz o Perone podrían volver al eje de la zaga también.

En el medio varias son las opciones. Eguaras e Igbekeme necesitan minutos, pero no sobrecargar a la vez, por lo que es una incógnita. Así, es la hora de ver a Pep Biel, Aguirre, Buff e, incluso, a Marc Aguado. También Soro dispondrá de minutos, lo mismo que Jeison Medina.

Por su parte, el Cádiz llega, como el Zaragoza, con numerosos problemas de lesiones y también jugará un equipo con muchos suplentes. Además, Álvaro Cervera también se encuentra en el alambre y se la jugará contra el Sporting en Liga en el Carranza. Son bajas por lesión Marcos Mauro, Servando, Sergio Sánchez, Juan Hernández, Romera y Mario Barco. En Cádiz se quedaron por decisión técnica Matos, José Mari y Salvi. Al no tener centrales, previsiblemente Edu Ramos volverá a formar atrás con Kecojevic.