La última vez que el Real Madrid pisó La Romareda en la Copa del Rey se llevó una tunda imborrable para el zaragocismo, una goleada que nadie puede olvidar, una noche, la del 8 de febrero del 2006, que pasó a la leyenda y que tuvo en Diego Milito, con cuatro goles, y en Ewerthon, con otros dos, a los ejecutores de un 6-1 que mandó a la lona al equipo madridista, entonces entrenado por López Caro y en el que jugó desde el minuto 64 Zinedine Zidane, que seguro que ha tenido presente estos días esa noche y la actuación de esa sociedad goleadora espectacular. Ahora, casi 14 años después, ambos recuerdan bien aquel partido y el mensaje es al unísono. «Todo puede pasar, el fútbol se juega en el campo», aseveran, sabiendo la realidad de un equipo cuyo objetivo es subir y que entonces estaba en la zona noble de Primera y animando al zaragocismo, que desea vivir, esta vez en octavos tras aquella en semifinales, otra noche inolvidable.

«Los recuerdos son muy lindos por el gran partido que hicimos y por la locura que se vivió en La Romareda. Para ganar a un Madrid con tantas estrellas tienes que hacer el partido perfecto y esa además fue la noche perfecta. Fuimos muy eficaces y eso resultó la clave de un partido que siempre quedará en la memoria», relata Diego Milito, que no duda: «Fue una de las mejores noches de mi carrera futbolística, cuatro goles no se hacen todos los días y más ganando de esa forma a un superequipo». El 'Príncipe', uno de los mejores delanteros de la historia del Zaragoza, llegó en el 2005 y estuvo tres temporadas (05-08) en las que anotó 63 goles en 132 partidos. Es verdad que tocó el techo de su carrera en el Inter de Mourinho con aquella final de la Champions en el 2010 ante el Bayern en el Bernabéu en la que marcó los dos goles del triunfo, pero esa noche en La Romareda con su póker de dianas también es inolvidable para él.

César Sánchez, Ponzio, Álvaro, Gaby Milito, Zapater, Óscar, Celades, Generelo, Cani, Ewerthon y Diego Milito compusieron el once dibujado por Víctor Muñoz para esa cita copera en la que Sergio García y Movilla salieron en el tramo final y en la que el Zaragoza fue una máquina de buen fútbol, con un descomunal Cani, que repartió tres asistencias, un Celades con la batuta, un Zapater tremendo de lateral izquierdo para anular a Beckham, dos colosos Gaby Milito y Álvaro y un talentoso Óscar, pero los focos apuntaron al Príncipe y a Ewerthon, que no tuvieron piedad de Casillas y de un Madrid desarbolado. «Han cambiado las circunstancias, pero el Zaragoza siempre ha tenido esa mística en las noches coperas. Arrastra una historia importante en esa competición, que le da ese plus, por mucho que estos años, al estar en Segunda, no haya podido tener tanta presencia en ese torneo», espeta Diego Milito.

El delantero argentino recogió en el 14 una asistencia de Ewerthon para marcar con Helguera de convidado de piedra, seis minutos después aprovechó un saque de banda para regatear a Ramos y engañar a Casillas, que tampoco pudo parar el cabezazo picado del ariete a la media hora a centro de Cani, que de nuevo en el 55 le puso otro balón a la cabeza de la gran estrella de la noche, esta vez en un córner. «Claro que no se me borran los cuatro goles y además estos días mi hijo Leandro, que nació allí y que es muy zaragocista ya me ha preguntado, aunque ya había visto los vídeos de aquel día», asegura Milito, que en la actualidad es director deportivo de Racing de Avellaneda, el equipo de su vida en Argentina, y que trata de no perderse los partidos del Zaragoza, algo que repetirá el miércoles. «Mi hijo y yo vamos a hacer todo lo posible por verlo, no nos lo queremos perder», indica.

"Vaya hostia"

Ewerthon también está en la leyenda zaragocista con cifras de 'killer' (140 partidos, 60 dianas). Llegó al mismo tiempo que Diego, en el verano del 2005 y estuvo hasta febrero del 2010, con una cesión doble en la temporada 07-08 (Stuttgart y Espanyol). Fue 'Pichichi' del ascenso en la 08-09, con 28 dianas, e hizo de la velocidad y el oportunismo sus argumentos para conquistar a la afición zaragocista. Aquella noche ante el Real Madrid completó la goleada con los dos últimos tantos. El quinto, tras un robo de Cani ante Pavón y asistencia del de Torrero, y el sexto, un estupendo zapatazo del brasileño sin dejar caer el esférico desde fuera del área. «El último gol fue precioso, le pegué un disparo raro, hizo dos extraños el balón y Casillas no sabía por dónde le entraba en la portería, por la parábola que dibujó. Fue un gol increíble. Recuerdo que cuando lo celebraba iba repitiendo en portugués ‘vaya hostia, vaya hostia’», rememora con nitidez pese al tiempo transcurrido. Lo hacía, de hecho, eufórico en su carrera con el dedo índice de su mano derecha sin parar de moverse y con La Romareda enloquecida.

«Fue un día maravilloso para el Zaragoza y para nosotros en el que tuve la felicidad de marcar esos dos goles y de dar pases en alguno más. Fue perfecto», dice el exzaragocista, que se retiró hace 5 años y que ahora es comentarista de televisión brasileña Bande Sport, en el programa Arquibancada (tribuna, en español). «Trabajamos muy bien en las marcas en ese partido y a la contra nos salió todo a las mil maravillas. Diego Milito se aprovechó de la calidad de Óscar, de Cani o de la mía. Cuando voy a España y a Zaragoza, que intento ir una vez cada año, muchos zaragocistas me recuerdan ese día. Está en la memoria de la gente, es inolvidable. Disfrutamos ese momento, que quedó para siempre en la historia, y ahora el zaragocismo puede volver a disfrutar de esta eliminatoria», argumenta Ewer.

Momentos distintos

La realidad del Zaragoza ha cambiado mucho en estos 14 años. Entonces, el equipo había levantado la Copa en el 2004, había jugado en Europa, en la UEFA, haciendo un gran papel en la 04-05 y firmó en esa 05-06 una Copa de ensueño eliminando a Atlético, Barcelona y, en semifinales, al Real Madrid, con ese 6-1 que en la vuelta no evitó el sufrimiento con una derrota por 4-0 que selló una final de triste recuerdo con la debacle ante el Espanyol en el Bernabéu. Ahora, el Zaragoza lleva siete temporadas seguidas en Segunda. «El gran objetivo es subir a Primera, es donde debe estar ese club y ojalá sea este año. Claro que el Real Madrid es el gran favorito, pero todo puede pasar, el fútbol tiene estas cosas y la Copa, con esa historia zaragocista detrás, ya se sabe que puede deparar grandes sorpresas», culmina Diego Milito.

Esta vez no habrá que esperar a la vuelta para ver si el Zaragoza vuelve a noquear al Madrid en el torneo del KO. «No es lo mismo que hace 14 años, porque el Zaragoza está en otra realidad, pero también aquel Madrid era favorito y le dimos la vuelta. Los partidos se juegan en el campo, cualquier cosa puede pasar y La Romareda en esas noches logra que el equipo se crezca», cierra Ewerthon.