Con la permanencia casi lograda, la mirada del Real Zaragoza está ya fija en el futuro, en la construcción de la próxima plantilla. Hay muchas variables en juego este año que dibujarán el puzzle final conforme se despejen: los futbolistas que la SAD no quiere que sigan, los que al club le gustaría que continuaran pero que se irán, los que están a caballo entre una situación y la otra y que el mercado definirá su suerte, el número de traspasos que habrá que hacer para equilibrar el balance económico, los fichajes que vendrán aparte de Bikoro y Mingotes…

Una coctelera de situaciones con la punta del ataque casi desierta (Álvaro y Gual acaban sus cesiones), muchos casos abiertos (James, Pombo, Benito, Verdasca, Álex Muñoz, Dorado o Aguirre…) y otros que el verano abrirá. La base que hará de suelo a la plantilla está aquí. El nivel del Zaragoza el año que viene lo dará el acierto en las contrataciones, que deben ser diferenciales en el centro de la defensa y en el medio. Pero, sobre todas las cosas, en la delantera. Fichar gol es prioridad.