Víctor rehúye la palabra ascenso, también hablar de Primera División. Habla del sueño, sobre todo del sueño, también del objetivo, de la pelea y hasta de la orilla para referirse al deseo de retornar a la élite. Quizá es solo como superstición, quizá lo hace con el objetivo de transmitir la idea de mantener los pies en el suelo. "A mí solo me interesa alcanzar el sueño, lograr lo que venimos peleando desde el principio de temporada, no pienso ni en el cómo ni en el cuándo. No se valora el cómo sino la dificultad de lograrlo y eso se consigue a base de regularidad, de capacidad para superar dificultades, con un muy buen espíritu colectivo y con la comunión con la grada y ese plus que supone el Zaragoza", dijo el entrenador zaragocista, que no se fía de la visita este sábado (21.00 horas) al colista Racing de Santander.

No acepta Víctor el papel de favorito al ascenso, esa etiqueta que le viene por los 32 puntos que suma el equipo en 16 jornadas y por estar invicto en este 2020, con 18 puntos de los últimos 24, aunque sí entiende, mejor que nadie tras más de 400 partidos en ese banquillo, la exigencia que supone el Zaragoza: "Por historia, cuando uno se pone la camiseta del Zaragoza ya sabe a lo que está obligado. Llevamos un escudo que no lleva nadie, el escudo del león, el del zaragocismo, es nuestra historia y grandeza y debemos luchar con nuestros medios que son: la ilusión, la fuerza mental del grupo, el corazón y el motor que nos da la afición. Esto no lo tienen los demás, aunque muchos tienen mucha más pasta que nosotros, que somos el presupuesto trece y alguno me dice que por eso no se nos puede exigir más allá, pero sí se nos puede exigir por ese escudo. La presión de nuestra historia si la sabemos manejar es muy bonita. A mis jugadores les digo que están descubriendo La Romareda de verdad, la de las grandes noches y eso es una ventaja como energía positiva. Pero todo eso no lo asocio a la etiqueta de favoritos, no la tenemos en ningún caso".

No percibe Víctor más euforia en sus jugadores por el momento que vive el equipo, ya que "no he visto ningún cambio de actitud. Estamos muy concentrados en lo único, en el partido ante el Racing. Es lo que nos ocupa y nos preocupa. Que vayan los últimos es algo que sabemos, pero no nos condiciona", aseguró el entrenador zaragocista, que recibe de buen agrado, eso sí, algunos mensajes de ambición como el de Luis Suárez, que abogó por buscar cuanto antes la primera plaza de la categoría para un equipo que ahora es segundo a un punto del líder Cádiz. "Lo veo como muestra de ambición máxima, propio de jugadores extraordinariamente competitivos y que creen. Prefiero esos mensajes a otros más pesimistas, pero en el vestuario se ha instalado la calma y el sentido común. Ojalá terminara la Liga ya este fin de semana, pero quedan 13 jornadas y va a haber que remar muy juntos para llegar hasta la orilla", remarcó, además de insistir en que le da igual el resultado del Cádiz-Almería que se juega antes este sábado. "Que perdieran los dos, pero eso es imposible. Lo importante es lo que hagamos nosotros".

La posición como farolillo rojo del rival, a nueve puntos de la permanencia y siendo el peor local de la categoría, no supone confianza alguna para el vestuario zaragocista: "La historia del Racing les obliga a no rendirse y lo tienen complicado para salvarse pero no imposible. Sabemos de la necesidad del enemigo, pero nosotros también necesitamos los puntos. Todos los equipos a falta de tres meses de competición los necesitan y hay que jugar al máximo cada partido. Hay que salir convencidos de lo que hacemos, con ambición, atrevimiento y siendo valientes, con la intención de ganar. Si hacemos bien las cosas tendremos muchas opciones de volvernos con un triunfo y, si no damos el máximo, será muy complicado", dijo Víctor, que recordó que el Racing está bien dirigido por un técnico (José Luis Oltra) que "conoce bien la categoría y que ha aceptado el desafío de un equipo que tiene jugadores en ataque clarividentes y con buen pie como Lombardo o Cejudo", y que puso el énfasis en los muchos empates del conjunto cántabro, por lo que "sus rivales no se han mostrado muy superiores a ellos".

James y el Málaga, la lluvia y los cambios en el once

En El Sardinero habrá unos 1.200 zaragocistas a los que Víctor mostró su agradecimiento porque "es un esfuerzo tremendo ir hasta allí, a 400 kilómetros, y es una barbaridad que vayan tantos", pero no estará James Igbekeme, lesionado ante el Deportivo: "Había disputado dos partidos seguidos con los 90 minutos y a unos niveles físicos como la temporada pasada. Era peligroso un tercer esfuerzo en siete días y no lo quise poner de inicio. No relaciono la lesión con que al final tuviera que jugar unos 35 minutos, pero se lesionó, aunque ha sido algo muy leve y si no hay problemas el martes estará con el grupo", dijo el entrenador, dejando la puerta abierta a que el nigeriano pueda llegar al choque ante el Málaga aunque eso dependerá de sus sensaciones tras la rotura en el aductor izquierdo que sufrió el pasado domingo.

En todo caso, Víctor no planea muchos cambios en el once, que podría ser el mismo que ante el Deportivo con la entrada de Nieto tras cumplir sanción en lugar de Clemente en el lateral izquierdo. "Hay que tener cautela con los jugadores que llevan mucha carga de minutos. Podemos repetir el equipo y, si no lo hacemos, no pasa nada. Estoy convencido de que estos tres meses que restan no podemos tirar con los mismos once futbolistas, pero también es la fase decisiva de la Liga y el equipo no está para hacer cuatro cambios cada semana. En todo caso, tenemos recursos y estoy tranquilo", aseguró el entrenador zaragocista, que ya pudo contar con Luis Suárez ante el Deportivo tras su lesión en el tobillo y ahora "está mucho mejor que la semana pasada, no le perjudicó jugar así y la articulación hasta adquirió más fuerza", señaló Víctor, que también mirará este sábado al cielo tras la experiencia de la suspensión en Anduva, ya que en Santander llevan varios días con lluvia y también se espera durante el partido. "Me han contado que no está lloviendo en grandes cantidades y el campo va a aguantar", concluyó.