Lunes. Quizá se haga menos cuesta arriba para los futboleros al saber que el sábado comienza la Liga. Por fin. Una espera muy larga. El Zaragoza afronta así su primera semana completa con la mente puesta en la primera jornada de Segunda, aunque habrá que esperar unos días para que arranquen las hostilidades, contra el Tenerife en La Romareda.

Después de ocho amistosos de pretemporada, pocas dudas quedan sobre qué once dispondrá Víctor Fernández y, sobre todo, más allá de nombres, qué estilo de juego quiere imponer el entrenador aragonés. Durante la pasada temporada ya se intuyeron las señas de identidad, el ADN de este Zaragoza, pero ahora hay un matiz tan importante como diferencial: Víctor tiene lo que quiere, las piezas adecuadas dentro de las posibilidades blanquillas.

Los entrenadores cada vez creen menos en los sistemas y sí en la óptima ocupación de los espacios, por lo que los esquemas son muy maleables, incluso volátiles. Pero en el Zaragoza hay ciertos aspectos que se han dejado ver en la pretemporada. El dibujo táctico cambia en función de si se está atacando o defendiendo. A la hora de buscar la portería rival, el sistema es un 4-3-3. El pivote se incrusta entre los centrales para sacar el balón jugado y se busca la paciencia y la combinación para avanzar metros y romper líneas. Los dos interiores tienen libertad de movimientos y los extremos buscan abrirse para generar espacios y recibir en diagonal o cruzar hacia el medio para que los laterales doblen y se cree una doble amenaza. En cuanto al delantero, la premisa es clara: buscar el espacio o, en su defecto, generarlo para la segunda línea.

En defensa Víctor quiere presionar, robar y correr. Será por nombres para ello. Guti y James son dos box to box con mucho recorrido, Luis Suárez y Dwamena dos jugadores rápidos y potentes para correr y pelear en el cuerpo a cuerpo y jugadores como Papu, Soro o Álex Blanco destacan por su verticalidad. Ahí también entrará en juego, con un papel protagonista, Shinji Kagawa, un especialista en la mediapunta, un jugador con una visión e interpretación de lo que sucede en el césped superdotada y un futbolista capaz de generar multitud de opciones ofensivas.

Variantes / A la hora de tratar de robar el esférico, Víctor varía el dibujo. Las piezas se mueven para que un extremo o interior se ponga en paralelo (o ligeramente escalonado) con el delantero, por lo que se forma un 4-4-2 o un 4-1-4-1, dependiendo de la forma en la que se ejerza una presión que, eso sí, siempre es alta.

Además, el técnico tiene distintas variantes para los distintos momentos de la temporada. En defensa están los centímetros y poderío de Grippo y Atienza, que contrastan con el gusto por el balón de Guitián o Clemente. Javi Ros parte por delante de Eguaras a día de hoy, pero el tudelano se adapta más a un choque más físico, mientras que el ‘16’ tiene más habilidad para filtrar pases. En las bandas hay jugadores para buscar la diagonales hacia dentro o estar pegados a la cal y futbolistas de más velocidad que se complementan con otros que tratan con mimo el balón. Un Zaragoza a la medida de Víctor.