Víctor Muñoz será el encargado de sacar al Zaragoza de la delicada situación que vive, a 12 encuentros del final y tras no ganar en las últimas siete jornadas (3 puntos de 21) con solo dos puntos de ventaja con respecto al descenso a Segunda B, una posibilidad que tendría funestas consecuencias. El técnico, que recibió la oferta el lunes, dio la respuesta afirmativa ayer por la mañana y viajó por la noche desde Barcelona a la capital aragonesa, a donde llegó más allá de las doce, acompañado por Manuel Lapuente, preparador físico, y Raúl Longhi, segundo entrenador. Aquí le esperaban ya su agente, Petón, y Jesús García Pitarch, Moisés García y Jordi Bruixola, por parte del club. Todos se reunieron en un restaurante junto a La Romareda.

El técnico vive su segunda etapa en el banquillo de un equipo, donde también fue futbolista y secretario técnico. Zaragozano y zaragocista, sabe, pues, perfectamente el terreno que pisa, condición que ha sido básica para que desde el lunes fuera el candidato preferido por Pitarch y por el resto del club. Además, es un entrenador valorado y conocido por la afición, lo que también sirve para introducir un elemento de cohesión en un momento donde el equipo está en una situación difícil y necesita la ayuda y el calor de la grada.

Su respuesta afirmativa a última hora de la mañana dejó la tarde para rematar los detalles y a última hora el entrenador puso rumbo a Zaragoza, con ese acuerdo, al que le falta la firma, hasta el 2015, si bien podría haber cláusulas de desenganche en junio y la próxima temporada no está condicionada al ascenso en ningún caso. No han trascendido las cifras de su salario, pero dadas las condiciones económicas del club es obvio que el punto de partida, hasta el 30 de junio, es muy bajo.

LA SITUACIÓN Tras un año sin entrenar desde que se marchó del Sion suizo a Víctor, que ahora colaboraba con una cadena de televisión (Gol T), le sobraban ganas de volver a un banquillo y mucho más si el destino era el Zaragoza, pero el técnico puso desde el primer momento el suspense porque quería, ante todo, saber las condiciones de trabajo en el club y el grado de injerencia de Agapito Iglesias. El máximo accionista no contó con él cuando llegó a la entidad en mayo del 2006 y él era el entrenador zaragocista. Mientras, en el 2008, tras el descenso, y a finales del 2009, tras la destitución de Marcelino, lo tuvo como alternativa. De ahí se generó en el técnico una honda decepción hacia el dueño del club aragonés.

Pitarch, que hace dos semanas hizo oficial su intención de comprar el paquete accionarial de Agapito Iglesias, consiguió convencer a Víctor en un momento en el que el soriano está más cerca que nunca de abandonar el Zaragoza, acorralado por la Justicia por el Caso Plaza. La respuesta afirmativa de Víctor dejó congelada de forma definitiva la opción de Emilio Larraz, que seguirá al frente del filial. Larraz era la alternativa si se producía la negativa final del entrenador, ya que otros ofrecimientos que había habido (Esnáider o Siviero entre otros muchos) no terminaban de convencer por unos o por otros motivos.

A primera hora de la tarde de ayer, el técnico ya avisó a sus ayudantes de que estuvieran preparados para partir hacia Zaragoza. Longhi ha pasado los últimos meses como entrenador del Derthona, de la Serie D italiana, mientras que también fue entrenador del Espanyol B mientras Mauricio Pochettino lo era del primer equipo. Incluso dirigió al Espanyol en un partido de Copa frente al Sevilla tras la destitución de Pochettino y antes de la llegada de Javier Aguirre a finales de noviembre del 2012. Sin embargo, su vínculo más estrecho siempre lo ha tenido con Víctor, al igual que el preparador físico Manuel Lapuente. Los dos ayudantes del entrenador también regresan con ilusión al equipo zaragocista.

Víctor Muñoz, que pasa a ser el décimo entrenador del Zaragoza desde la llegada de Agapito al club, ha estado estos días hablando con mucha gente --también sus ayudantes-- y sabe perfectamente el equipo con el que se va a encontrar y la situación de convulsión que vive el club además de la fuerte división social que existe entre la afición y el máximo accionista y también el clima que hay en una parte de la grada con la gestión que encabeza Pitarch. Nada le va a pillar, pues, por sorpresa.

UN ZARAGOZA ROTO Víctor recoge un Zaragoza que él dejó con los dos últimos títulos en sus vitrinas, una Copa y una Supercopa en el 2004, pero que ahora con Paco Herrera ha tocado fondo en cuanto a espíritu y carácter. En Ponferrada ofreció su peor cara del curso con una goleada que hizo mirar de verdad el peligro del descenso a Segunda B. Sin embargo, la igualdad de la categoría hace que el objetivo del ascenso, al menos por la vía de la promoción, no ande lejos. La sexta plaza que tiene el Murcia está a solo 4 puntos, cuando quedan 12 jornadas y un total de 36 puntos por jugarse.

Una buena reacción podría dejar al Zaragoza al menos en playoff, ya que el ascenso, la segunda plaza del Deportivo, próximo rival el domingo, queda lejos, a once puntos.