—¿Qué cuerpo se le queda tras este año en Primera?

—Cuerpo de combate. Ganas de seguir peleando. Nos alegra la victoria y nos estimula la derrota. Son compañeros de viaje. Ya lo decía Kipling, son unos impostores los dos y hay que mirarlos de tal manera. No cegarte en el primero ni obnubilarte de tristeza en el segundo. Vamos a seguir caminando. Este año sirve para construir club, para ser más fuertes, más potentes y mirar mejor al futuro.

—El Huesca ha conseguido lo imposible. Ser un descendido feliz.

—No me extrañan las simpatías. Las propias, porque en el Altoaragón se ha dado el valor al hecho de que un fenómeno social nacido entre nosotros haya dado cabida a todos. Y eso es muy importante. Y tenemos que cuidarlo. Pero además hay unas circunstancias. Uno puede perder mal o bien, es decir, con dignidad, con decoro, y dando la cara hasta el final. El año pasado bajaron con 20, 22 y 29 puntos. El Huesca tenía conseguidos 30 a cuatro jornadas antes del final y termina con 33. Pero es que antes, en los tiempos de derrota de la primera vuelta, el Huesca estaba batiendo todos los récords. de disparos en las grandes Ligas, en el partido con el Levante, por ejemplo. Había algo raro, estaba pasando algo raro, quizá de poco entendimiento de la categoría. Ese infortunio, al español medio, que suele ir con el débil, cuando ve que este se resiste con orgullo, con coraje y gallardía, que se combate con la adversidad, hace que se ganen simpatías. El Huesca se las ha ganado, y hay que cuidarlo. No hemos logrado la permanencia, pero sí hemos conseguido una imagen.

—Ese conformismo ha podido ser perjudicial. Pensar que con estar basta.

—Estoy en desacuerdo. Tanto los medios como la afición han sabido entender muy bien el fenómeno de la SD Huesca. Simplemente instalándonos en la comparativa se entiende. Hay que tener sensibilidad para hacer eso, para saber que una ciudad de 50.000 habitantes, en una provincia de 220.000, compite contra quien compite. Si no tenemos un suplemento emotivo, un entendimiento del fenómeno por parte de todos nos estaremos equivocando. El periodismo y la afición forman parte de un mismo todo en Huesca. No se puede decir lo mismo de otros lugares, con más medios, con más posibilidades y con un necesario sentimiento crítico. Si ha podido haber un error, y eso se corrigió en un momento determinado de la temporada, fue en nosotros mismos, que somos los que tenemos que dirigir el club, que en algún momento pudimos pensar que al lograr la Primera nos tocaba disfrutar compitiendo porque con lo que teníamos lo íbamos a lograr. Error. Porque en Primera no solo tienes que tener muy buenos futbolistas, sino comprometidos. Y eso en la primera parte y en jugadores clave, que luego salieron, no se logró.

—¿Cuál ha sido su momento de la temporada?

—El gol de Chimy Ávila con el Sevilla. Pero también la afición en Villarreal, fantástica. Goles marcados en momentos complicados, en estadios difíciles… San Mamés, la victoria en Eibar…

—¿Cuál fue la clave de bajar?

—En los muchos partidos en los que el Huesca ha perdido en el descuento de manera muy cruda. Para mí el partido más triste de la temporada y frustrante fue en Valencia, con un penalti clamoroso que marca nuestro campeonato y el del rival, porque hubieran echado a Marcelino ese día. Si el árbitro en justicia hubiera pitado el flagrante, terrible penalti que le hacen a Longo, con expulsión de Carlos Soler en el minuto 87… Tres minutos después, el Huesca, en una falta de Ferreiro, da un golpe en el larguero y, después, marca Piccini. Era una victoria que se convirtió en derrota, que marcó el campeonato.

—¿El objetivo del Huesca ahora es subir o seguir creciendo como club?

—Podríamos pensar que somos bobos y que no entendemos el fenómeno de la Segunda División. Es la competición más igualada del mundo. La que más. Y que equipos que hacen una segunda vuelta formidable, con puestos de playoff, están tres semanas antes sin salvarse. Es increíble. Eso solo lo da esta categoría, que es la séptima o sexta en importancia del mundo. Ahí tenemos el ejemplo de los tres que descendieron el año anterior. Nosotros lo que tenemos que pensar es en consolidarnos, hacer club y competir con mucho entendimiento de la categoría.

—Pero, como descendidos, serán el equipo al batir, condición que nunca ha tenido el Huesca.

—Sin embargo, los dos que bajan con nosotros lo tienen mejor. Y otros tres, que, sin tener el fondo de ayuda al descenso de este año, sí tienen el del anterior, que se reduce a la mitad, pero lo siguen teniendo. Y equipos que, por prestancia, pueden aportar lo suyo a la competición, por número de socios, por estadio, por historia, eso sigue pesando para que los jugadores fichen por uno u otro.

—Se presupone un presupuesto de unos veinte millones, donde entra la conclusión de la reforma de El Alcoraz, con la grada de gol sur, y la Ciudad Deportiva del IES Pirámide.

—Eso es. Hay que acabar la última parte del estadio. Por eso no veas cómo nos alegrábamos con el gol de Aspas, que significaba el empate del Rayo y que fuéramos penúltimos y tener un millón trescientos mil euros para los próximos cuatro años, es decir, la mitad de lo que nos queda por construir en el estadio. Miramos todo al céntimo porque sabemos cuál es nuestra limitación económica y esa es importante.

—¿Esperan mantener todos los socios?

—Eso sería ideal, tener 7.500 abonados. Pero de compromiso. Pero no de los que vienen porque el precio es barato. Abonados de los que vienen a seguir viviendo el Huesca. Hemos tenido una afición que ha entendido perfectamente este fenómeno. Que ha jugado el partido con nosotros. Todo El Alcoraz, todas las peñas, la maravillosa grada joven, han sido algo admirable y queremos que siga siendo así.

—Ascenso del juvenil a División de Honor y casi, casi del femenino a Segunda. Buen papel del filial… La temporada no ha sido sólo un viaje en Primera. ¿Cuál es el siguiente paso?

—Nosotros recuperamos hace dos años el Huesca B, que era una sección histórica sin dejar por eso nuestra relación con otros clubs como el Teruel y el Almudévar, con los que tenemos cercanías. Ha ascendido el juvenil y ahí está el femenino, al que damos mucha importancia también. Ahora al Huesca se le ve jugando en todo Aragón, cuenta en todas las competiciones, pero queremos potenciar la base del fútbol aragonés en el IES Pirámide, en nuestra Ciudad Deportiva, en nuestra residencia, que se construirá a lo largo de este año, para poder disfrutarla al siguiente. Y será una cantera muy importante, no solo en Aragón, sino en toda España.

—¿Ha entendido la explicación de Francisco para no seguir?

—Perfectamente. La comprendo sin explicación. Porque entiendo que un profesional puede elegir un destino después del anterior.Que me guste más o menos es otra cosa. A mí me hubiera gustado que Francisco hubiera continuado. Pero en el momento que reiteró, en diciembre, que tenía que seguir pensándoselo, yo hablé con la gente del club para decirles que no iba a seguir, porque el que quiere seguir te lo dice rápidamente. En todos los órdenes de la vida.

—¿Lo tiene hecho con algún equipo de Primera?

—Yo creo que no. Pero si no es este año, será más delante, será en los próximos años.

—Le costó arrancar, pero le aguantaron.

—Es verdad. Leo Franco hizo más puntos que Francisco hasta el último partido de la primera vuelta, con la llegada de los refuerzos, ante el Betis. Es decir, que un entrenador puede tener más fuerza en momentos concretos, y a Leo le falló la fortaleza de mantener su idea y le asaltaron dudas y eso nos obligó al cambio, pero al final con los jugadores de la segunda vuelta no sé qué hubiera sucedido. Él ya había conseguido cinco puntos. Francisco, en diez partidos, había logrado tres. Es verdad que como entrenador tiene una idea muy concreta, pero que sin jugadores no se puede llevar a cabo.

—Asume el equívoco de la planificación. Tomaron muchos riesgos y fallaron con jugadores clave. Semedo, Longo, Gürler… Demasiados.

—Tú ves ahora a Rubén Semedo, que el 4 de mayo sale su entrenador en Rio Ave y dice que no entendería que no vaya a la selección portuguesa. Y a todo el mundo le parece lógico. Gürler ha sido el mejor jugador del campeonato turco en el último mes, el responsable de que no gane la Liga el Istanbul. Todos los equipos turcos lo quieren. Me alegro porque el Huesca no perderá dinero con él. Aunque el Huesca no quiere jugadores para hacer negocio, sino para que rindan. Y a Gürler le faltó compromiso, como a Semedo, como a Longo, que tiene una cuestión personal que le afecta mucho y que empieza un descenso desde la jornada tercera en rendimiento. Nosotros, los que dirigimos el club, somos responsables de no profundizar hasta el extremo en el fondo del futbolista. No puedes fichar gente que no tenga garantizado el compromiso o, al menos, que parezca que lo tiene garantizado.

—Ese fallo condicionó el curso.

—Si tú tienes un futbolista que es estrella, tienes precedentes anteriores de haber rescatado jugadores, y un futbolista que ha costado 16 millones y que es, como estamos viendo, el central potencial titular de Portugal. Tú hablas con Francisco, con Leo, todos te dicen que sus condiciones son soberbias, es rápido, contundente, va bien por arriba, tiene técnica… Creo que es una apuesta sensata. Sucede, que tienes otros tres centrales que te pueden funcionar.Nuestro mayor problema no fue el comportamiento de Semedo, sino la lesión de Insua, que estaba en un momento sensacional. Como para nosotros ha sido un lastre la lesión de Miramón, que nos daba mucho por la banda. En el lateral izquierdo más de lo mismo. A la lesión de Luisinho se añaden las múltiples de Brezancic en la primera vuelta.

—¿Ha hablado con Leo después de todo lo ocurrido?

—Hablé con Leo, le tengo un cariño personal extraordinario. Es un hombre que al club le ha dado mucho y que tiene abiertas las puertas de mi casa. Es un tipo extraordinario.

—¿Le falto mala leche para dominar el vestuario?

—No tiene que ver con eso. Él era muy carismático. Buscábamos tener al hombre más respetado después de que se fuera Rubi. Porque a un entrenador nuevo, cuando se ha ido uno muy respetado, se le pone en solfa fácilmente. Es lo que les ha pasado a todos del Real Madrid después de Zinedine Zidane. Todos cuestionados por la comparación. Él tenía una idea muy clara y en la pretemporada fue creciendo hasta conseguirla. Cuajó en el partido contra el Eibar, pero fue clave la segunda parte contra el Barcelona, que le hace entrar en las dudas.

—Luego Francisco triunfó con un planteamiento similar. Con un punta clásico y una espera defensiva del rival.

—La idea de fútbol que prospera es con la que iniciamos con Leo. Porque con la de juego por los costados, metiendo muchos balones al área, creando muchas ocasiones de gol, no estábamos ganando los partidos, los empatábamos, porque dabas alguna ocasión al contrario y en Primera te matan. Pero el míster cambió y se hicieron 22 puntos, que son 44, con los que se ha salvado el Villarreal.

—¿Tienen al técnico cerrado?

—Exactamente. Hay algún entrenador muy cerca, muy cerca, cerquísima. Conversando con el director deportivo. Será un entrenador ganador, con un amplio conocimiento de la categoría. Falta que Rubén García lo remate a lo largo de esta semana.

—¿Ya tienen su firma?

—Yo creo que sí.

—Ha habido quejas de parte de los aficionados por la ausencia de una despedida especial a Aguilera. ¿Cree que ha faltado algún detalle con él?

—El entrenador sabe que el objetivo era ganar el partido por encima de todo. Y hay una lesión. No sé los planes que tenía el entrenador, pero lo que hizo Francisco me parece bien.

—Sí fue manteado y coreado Juanjo Camacho, el capitanísimo. ¿Qué puesto le espera dentro del club?

—Ahí hay que medir las capacidades de Camacho, que son varias, y las necesidades del club. Esto no es poner a Camacho en un puesto, sino en ver, despacito, en qué proyecto puede aportar más. Hay varios en marcha y en uno de ellos estará él.

—Se habla de un entrenador con experiencia, pero se ficha a un director deportivo como Rubén García con nula en este puesto en el ámbito español. ¿Qué han visto en él?

—Lo que tenemos que hacer primero es blindar su contrato para que no venga nadie y se nos lo lleven. Porque no será la primera vez que hacemos debutar a un director deportivo de la nada y empieza a recibir ofertas. El Huesca hizo debutar a Luis Helguera, a Lalo Arantegui, y todos han funcionado y están en la élite del fútbol español. No queremos variar la fórmula que nos ha dado éxito. Además, sabemos su categoría, pero tenía que reunir dos características: que conociera las nuevas tecnologías y una alta especialización en el fútbol formativo y creativo del fútbol base, porque el proyecto más importante que tenemos es la Ciudad Deportiva. Porque es un director deportivo muy agudo para el día a día con la primera plantilla, con un gran entendimiento del fútbol base y en la modernidad.

—¿Cuál es su sueño más dulce con el Huesca?

—Dejar muy bien resuelto el próximo de los retos, que es preparar la transición, el relevo, la gente que tiene que venir detrás de nosotros. No sé cuánto tiempo, un año o seis, pero está razonablemente cerca. Admiro mucho a Florentino y a esos fenómenos que siguen en vigor, pero mi idea es que cuando lleguemos a esos tiempos podamos disfrutar del futbol del Alcoraz sabiendo que los que vinieron lo están haciendo bien.