Que Leo Messi se presente a las puertas de la Semana Santa hecho un ecce homo tiene toda la lógica. No tuvo el dios del fútbol la mejor de sus noches en Old Trafford, aturdido por el viaje que a la media hora de juego le pegó Chris Smalling, quien unos días antes del partido había asegurado que tenía la receta para parar al astro argentino. «Messi tiene una debilidad que solo yo conozco», dijo el central del Manchester United. Tal vez ese punto flaco secreto se lo había revelado el otorrinolaringólogo del capitán azulgrana, porque al final la manera de parar al 10 consistió en partirle la nariz de un manotazo después de golpearle el pómulo con el hombro.

Por fortuna para el Barcelona el atropello de Smalling no ha tenido más consecuencias que ver durante una hora a un Messi disminuido por las molestias y esas imágenes de sangre que pusieron una adecuada nota épica al triunfo azulgrana en Old Trafford. Tras una completa exploración, los servicios médicos del club descartaron ayer que el golpe haya dejado secuelas en el capitán más allá del hematoma y la hinchazón, de modo que, si Valverde lo considera oportuno, el argentino estará en condiciones de viajar a Huesca para jugar en El Alcoraz.

Pero, ¿lo considerará oportuno Valverde? El técnico no dio pistas tras el duelo de Manchester, pero todo parece apuntar a que Messi se unirá a Gerard Piqué y Luis Suárez (borrados ante el Huesca por acumulación de tarjetas) y verá el partido por la tele. La distancia de 11 puntos respecto al Atlético de Madrid en la clasificación liguera da margen al Txingurri para administrar su plantilla con la vista puesta en el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Champions, que se disputará el martes en el Camp Nou (0-1 a favor).

El reto de volver a las semifinales de la máxima competición continental después de tres años de ausencia es demasiado importante como para anteponer el deseo, por otra parte lógico, de cerrar la Liga cuanto antes. Que una cosa es saber recibir golpes y otra, irlos a buscar. De este modo, las grandes estrellas azulgranas no estarán en El Alcoraz, aunque el equipo que presente Valverde también será temible.