Dos polémicas decisiones arbitrales acabaron con el Huesca en Vallecas y alejan al equipo aragonés de los puestos de ascenso directo. Ais Reig, Pulido Santana y el VAR fueron los grandes protagonistas en un partido en el que los de Míchel fueron sacudidos por dos acciones determinantes para el devenir de la contienda y que castigaron con severidad a un Huesca que no mereció semejante maltrato.

El partido comenzó abierto. El ímpetu inicial del Rayo, con De Frutos como principal amenaza, estuvo cerca de ponerle por delante en el luminoso merced a un remate del segoviano que Álvaro desbarató con acierto poco antes de que Advíncula volviera a acercar a su equipo al gol con un disparo lejano que se fue rozando el poste izquierdo de la meta oscense.

Pero la jugada clave llegó antes de los veinte minutos, cuando una gran acción personal de Juan Carlos acabó con un centro medido a la cabeza de Okazaki, que remató a placer. Sin embargo, Pulido Santana, desde el VAR, le chivó algo a Ais Reig que, ante la sorpresa generalizada, condujo al árbitro hacia el monitor. Apenas unos segundos después, el tanto quedaba anulado, supuestamente, por una mano previa del delantero japonés. Concretamente, alrededor de medio minuto antes. Claro que como la normativa no establece qué tiempo debe pasar entre una mano y un gol, el colegiado decidió anularlo por muchas cosas que hubieran pasado entre medio.

La incomprensible decisión arbitral envalentonó a un Rayo que se sacudió el miedo del cuerpo. Los de Paco Jémez habían dado por bueno el tanto, como todo el mundo salvo Pulido Santana, así que el regalo les animó. Al Huesca, en cambio, el sofocón le duraría un tiempo.

De Frutos, otra vez, protagonizaría las dos acciones más peligrosas de los locales antes del intermedio. Un fuerte disparo desde lejos se estrelló violentamente en el travesaño. También Raba y Trejo probaron fortuna a media distancia, pero con idéntico punto de mira desviado. Justo al borde del descanso, De Frutos estuvo a punto de aprovechar una mala salida de Álvaro para marcar, pero su intento se topó con la defensa azulgrana.

Pero lo peor estaba por venir. Apenas reanudado el choque, un disparo de Trejo fue a parar al codo pegado a la espalda de Sá. lo que Ais Reig interpretó como un penalti claro. Alucinante. Casi tanto como que Pulido Santana no lo llamara a filas desde Madrid para que se percatara de su error. Lo hizo cuando Mario estaba a punto de lanzar el penalti, pero, cuando todo hacía indicar que Ais Reig daría marcha atrás al observar la acción en el monitor, el trencilla reiteró su decisión inicial señalando el punto fatídico ante la indignación de los oscenses. Álvaro adivinó la intención del rayista, al que el rechace le dejó el balón justo en la cabeza para que anotara el primero de la noche. El Huesca no se lo podía creer.

El segundo batacazo de la noche dejó grogui al equipo de Míchel, al que también le afectó la sacudida. Catena estuvo cerca de aprovechar el desconcierto visitante y Álvaro evitó el segundo con una buena intervención tras una jugada personal de De Frutos.

Pero el Huesca tiró de orgullo y se fue de frente a por el rival. Rico tuvo en su bota derecha el empate, pero su remate al centro de Galán se estrelló en el palo. Ya con Rafa Mir en el campo, el Huesca se propuso rehacerse y retorcerse contra viento y marea.

Pero un avance sin aparente peligro del Rayo dejó a De Frutos ante Pedro López, que solo pudo asistir al excelente disparo del jugador cedido por el Real Madrid, que puso el balón en la escuadra izquierda de Álvaro. El tanto, esta vez sí, echaba una tonelada de tierra sobre un Huesca que se dio por vencido. El Rayo había ganado la batalla, pero la quemazón la había provocado un árbitro implacable y equivocado.