Después de 34 jornadas y arrojar sangre, sudor y lágrimas sobre el césped, ha llegado el momento de la temporada para el Huesca. Este miércoles a las 19.30 horas recibe en El Alcoraz al primer clasificado, el Cádiz en lo que el técnico oscense, Míchel Sánchez, calificó por primera vez en el curso como una «final con matices». En pocas palabras, todo lo que no sea ganar, sería alejarse inevitablemente del sueño del ascenso directo. No estará Raba, que sufrió una lesión muscular ante el Albacete, pero vuelve Josue Sá y Pulido, que acabó con molestias, luchará por cerrar junto al luso el eje de la zaga altoaragonesa. Es el momento de ser para el Huesca.

Le llega en una coyuntura complicada para el equipo. La pobre imagen ofrecida en la primera parte en el Carlos Belmonte contrasta con la crucial remontada de la segunda mitad, que sirvió para rescatar un punto y reafirmar el gran momento de Rafa Mir. El delantero murciano, que llegó en enero para apuntalar la delantera oscense, ha firmado cuatro goles en los últimos tres partidos y será una de las grandes amenazas para la retaguardia gaditana.

No será un partido de grandes sorpresas. El líder de la categoría lo es y ha sido por derecho durante todo el año. El proyecto de Álvaro Cervera ha culminado tras cinco años de trayecto y es la máxima referencia para subir a Primera División. Salvi, Lozano, Álex Fernández... son hombres con gran calado y experiencia en la categoría. Saben cómo y cuándo ganar los partidos para dejar al rival desarmado. El cuadro amarillo ha sido férreo en sus convicciones. Intensidad, velocidad y oportunismo son las señas de identidad de este Cádiz al que no le ha temblado el pulso ni lo más mínimo mientras el resto de equipos caían en los vaivenes emocionales de Segunda.

EL PELIGRO / A este último aspecto deberá prestar atención la retaguardia altoaragonesa. Cualquier despiste o pérdida de concentración es sinónimo de peligro para el equipo andaluz, que ha sabido aprovechar las pocas oportunidades de las que ha dispuesto en sus desplazamientos fuera de casa. El técnico oscense recupera a Josue Sá y esperará hasta el último momento a Pulido, que en palabras del médico del equipo, Fernando Sarasa, «ante el Albacete dio un poco más de lo que podía dar». Todo ello, para poder echar el candado a la portería azulgrana.

El resto queda en manos de Míchel. Mosquera, Sergio Gómez, Lusinho y Pedro López descansaron el pasado domingo. Otros como Juan Carlos o Eugeni salieron únicamente en la segunda mitad para refrescar a un equipo que acusaba el cansancio de la concentración de las jornadas.

Un hombre importante en los últimos partidos no podrá formar en el eje de ataque. Dani Raba sintió molestias tras la visita a Albacete, donde participó como titular por octava vez consecutiva. El extremo cántabro había convertido cinco goles en 23 partidos disputados esta temporada. En las últimas jornadas había adquirido un papel esencial en el esquema de Míchel surtiendo de balones a Mir y Okazaki. Ahora estas molestias en el músculo semimembranoso de la pierna derecha le alejarán de los terrenos de juego y la premura de los partidos es posible que le impidan concluir en condiciones óptimas el presente campeonato.

Con todo dispuesto, la plantilla hizo este martes su última sesión de entrenamiento y se jugará una de las pocas balas que le quedan ante el líder. Las jornadas 35ª y 36ª, este miércoles y la que jugará contra el Real Zaragoza, situarán al equipo en la tabla y determinarán los objetivos por los que peleará este año. Todo ello deberá afrontarlo sin el aliento de su público, que ha sido un baluarte para convertirle en el mejor local de la categoría. Pero el tiempo no espera a nadie y las circunstancias colocan al Huesca ante su primera final.

MÍCHEL ANTE UNA FINAL // El técnico del Huesca, Míchel Sánchez, analizó la dificultad del partido ante el líder de la clasificación. «Quizás es el partido más importante que hemos disputado hasta ahora. El Cádiz ha demostrado que a día de hoy es el que mejor hace las cosas, tiene una manera de jugar muy identificada y lo hacen a la perfección. Es un partido de máxima exigencia para nosotros y queremos ser el Huesca más que nunca», aseguró.

Contra el líder y el Real Zaragoza, el equipo azulgrana se juega buena parte de sus aspiraciones de ascenso directo. «Es una final con matices, veremos lo que hacen los demás para poder seguir vivos. La idea es buscar los tres puntos porque es el momento de dar el golpe encima de la mesa», afirmó el técnico madrileño. Salvo Raba, cuenta con todos para el enfrentamiento. «Están todos bien y a disposición de competir, tenemos que ser nosotros mismos y ser capaces de imponer nuestro estilo al suyo», concluyó el entrenador del Huesca.