Prevenir no es curar. Pero una dieta saludable y rica en frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos puede reducir el riesgo de sufrir determinadas enfermedades, el cáncer incluido. El cáncer es una enfermedad multifactorial. Esto significa que la alimentación no es el único en lo que nos tenemos que fijar para determinar las posibilidades de desarrollar uno. El perfil genético y hábitos como beber, fumar o llevar una vida sedentaria también juegan un papel determinante. Puede que seas fumador y no tengas cáncer. Lo que es seguro es que estás perjudicando a tu salud y a los de tu al rededor.

¿Vas a evitar tener un cáncer por no comer carne roja? Seguramente no, responde Julio Basulto en ‘Dieta y cáncer’. En cualquier caso, si comes carne roja lo ideal sería que lo hicieras de manera moderada. En opinión del dietista-nutricionista, un consumo máximo de dos raciones semanales es una cifra bastante sensata. Al mismo tiempo, añade que no se observan perjuicios a la salud por no tomar carne roja. En cualquier caso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye unas 34.000 muertes anuales por cáncer a las dietas ricas en carnes procesadas, y unas 50.000, a las dietas ricas en carnes rojas.

Los mal llamados superalimentos no existen. Por más que lo prediquen algunos gurús ligados a las seudociencias, no hay alimentos mejores que otros para combatir el cáncer o reducir el riesgo de sufrirlo. Ni el brócoli, ni la cúrcuma, ni los frutos rojos, ni las semillas, ni los cítricos, ni otros tantos. Por más sanos que sean, que lo son. El último estudio al respecto, publicado en ‘Science’, demuestra que para desbloquear de manera natural el potencial anticancerígeno del brócoli sería necesario consumir tres kilos diarios en forma cruda y nada aseguraría su beneficio permanentemente.