En una lancha de plástico verde como las que muchos niños usan para jugar en la playa, con remos y ayudados con las manos. Así localizó Salvamento Marítimo a ocho menores marroquís el miércoles a unas millas de Tarifa. Ellos elevan aún más el cómputo de menores llegados en lo que va de año a las costas andaluzas, y que han puesto al límite a las administraciones regionales. La Junta de Andalucía ha habilitado de urgencia 400 nuevas plazas para atender a los MENA, como se conoce a los Menores Extranjeros No Acompañados, pero se revelan insuficientes, de ahí que el Defensor del Pueblo andaluz, Jesús Maeztu, haya iniciado contactos con sus homólogos en otras comunidades para que colaboren en el reparto y atención de estos chicos.

Maeztu se abonó ayer a la tesis que mantienen desde la Junta tras conocer la acogida dispensada a los 669 inmigrantes del Aquarius o los 60 del Proactiva Open Arms. La inmigración debe abordarse como «una política de estado», y no como un asunto local. Y es que cada fin de semana llega a suelo andaluz un Aquarius, como lamentan las oenegés. A veces, incluso dos. «Se han superado las luces rojas», reconocía el Defensor hace unos días, cuando 500 inmigrantes eran alojados de emergencia en un polideportivo de Tarifa o en el Club Náutico Elcano, de Cádiz, que se enfrenta ahora a una sanción de la Autoridad Portuaria por haber cedido las instalaciones para el acogimiento temporal de personas, «actividad no autorizadas en el pliego de concesiones».

SATURACIÓN / Los calabozos de la Policía en Cádiz están repletos, y los centros que atienden a los menores se ven superados en espacio y en plantilla: en el de La Línea hace tiempo que se superaron las 25 plazas disponibles, y a finales de junio rozó los 120 chicos, lo que dificulta no ya la orientación, sino los servicios más básicos.

Las cifras de este año han roto cualquier previsión. Según los últimos datos del Ministerio de Interior, actualizados a 1 de julio, un total de 14.446 inmigrantes llegaron por mar a España en el primer semestre del 2018 a bordo de 609 embarcaciones. Las llegadas son más del doble que en el mismo periodo del pasado año, cuando se contabilizaron 6.551 personas. Y el verano acaba de comenzar. El informe constata que la Península vuelve a ser el punto con un mayor volumen de inmigrantes, 13.360 en 559 embarcaciones (un 113,6 por ciento más que en 2017). Sin embargo, si se suman los saltos a la valla en Ceuta y Melilla o los pasos por la frontera de las ciudades autónomas a escondidas, la cifra total se eleva a 17.320 personas.

La situación ha llevado al Gobierno central a plantear la puesta en marcha de un centro de acogida para inmigrantes en Cádiz que evite estar a expensas de las instalaciones que puedan ceder los ayuntamientos.

En una visita ayer a Algeciras para conocer de primera mano la situación -pero sin visitar ninguna instalación donde se alberga inmigrantes- el responsable de Interior Fernando Grande-Marlaska confirmó que ese nuevo centro se habilitará «en el espacio de tiempo más corto posible» dada la «excepcionalidad» de la situación, pero que no sustituirá al nuevo CIE previsto en Algeciras.

Sin precisar el sitio, sí descartó que se ubique en Tarifa, a fin de no interferir con el dispositivo policial de la Operación Paso del Estrecho, o que vaya a suponer un incremento de las plantillas de los cuerpos de seguridad del Estado.