Hacía 10 años que Antonio Banderas no pasaba la Semana Santa en su tierra. Y una década es demasiado. Sobre todo, para un amante confeso de esta antigua tradición. Aprovechando la presentación en España de su última película, Imaginando Argentina , acudió en la noche del sábado a uno de los actos más importantes de la hermandad religiosa a la que pertenece desde su niñez: la bendición del trono de la Virgen de las Lágrimas y Favores.

Gracias a las donaciones económicas de Banderas y otros feligreses, la cofradía podrá incorporarse al recorrido oficial de la Semana Santa malagueña. El actor ha costeado la talla de un trono para que esta Virgen pueda ser portada por los nazarenos en el Miércoles Santo. El antiguo trono era muy pequeño y con él sólo hacía un breve recorrido en la mañana del Domingo de Ramos. "Estoy muy ilusionado, como cuando venía de niño con mis padres a ver el rosario de la aurora de Lágrimas y Favores", aseguró el actor. En esta ceremonia, participó ayer de nuevo Banderas como mayordomo, cuando por la mañana la Virgen salió a la calle con su nuevo trono.

Para muchos andaluces, la Semana Santa tiene un significado especial y es vista como una manifestación religiosa de gran relevancia. "Después de 10 años voy a poder ver las procesiones", explicaba un entusiasmado Banderas ante la posibilidad de poder compartir esta vivencia con su esposa, Melanie Griffith y su hija, Stella del Carmen. "Tengo muchas ganas de explicarles que pasa en Málaga en Semana Santa".