La cubierta del polideportivo de Urretxu, en Guipúzcoa, se derrumbó ayer por culpa del peso de la nieve acumulada en el tejado. En el momento del accidente, no había nadie en el interior de la instalación, porque apenas unos minutos antes se había suspendido un partido de baloncesto de cadetes ante la ausencia del árbitro y del equipo rival. Estos no pudieron llegar hasta Urretxu, también por culpa de la abundante nieve.