La suspensión del tratado de Schengen comenzó ayer con motivo de la boda real, lo que supone el restablecimiento de los controles fronterizos. La policía puede exigir la presentación del documento de identidad o del pasaporte a los viajeros que entren en España. Los menores también deberán ir documentados. El inicio de la medida no causó ayer problemas en los aeropuertos.