¿Dónde alojar el millar de invitados ilustres que se desplazarán hasta Madrid para asistir a la boda del príncipe Felipe y Letizia Ortiz? La Casa Real reservó hace meses varias decenas de habitaciones en cuatro de los 15 hoteles de cinco estrellas de la capital: Ritz, Palace, Santo Mauro y Villa Magna. Son los reyes del descanso y el próximo fin de semana se ponen a prueba. En los últimos días sus tejados se han poblado de policías, su personal se ha visto doblado y sus agendas de peluqueros han sido puestas al día.

En las bodegas del Hotel Palace descansan los 150 obsequios que encontrarán a su llegada los ocupantes de otras tantas habitaciones que están reservadas para la boda real. Una cuarta parte del hotel la ocuparán invitados al enlace: reyes, príncipes y jefes de Estado que podrán reponerse de la fatiga del viaje degustando la botella de cava, las trufas y la fruta que les ofrecerá el hotel y que se completa con un estuche de jerez, dos catavinos y un abanico de Loewe.

"El jueves esperamos los primeros invitados", anuncia Marta Aguilar, relaciones públicas del Palace. Sus 400 empleados habituales se han multiplicado casi por dos, no así las tarifas: entre los 3.550 euros de la suite real y los 439 de la habitación más económica.

En el Villa Magna y el Santo Mauro se vive similar frenesí. Y con el mismo disimulo. "No podemos descuidar el descanso de los actuales clientes", informan en el Santo Mauro, donde se niegan a dar el número de reservas que tiene el establecimiento para la boda aduciendo "razones de seguridad".

MEDIDAS DE SEGURIDAD La seguridad es un capítulo importante. Triple será la del Ritz. "A los propios vigilantes del hotel, se unen los de la policía y la de algunos invitados", señala José Luis Plaza, portavoz del lujoso hotel. Desde hace varios días, el Ritz duerme custodiado por un par de furgonetas de la Policía Nacional. El 80% de sus 167 habitaciones serán ocupadas por invitados. El sábado por la mañana se espera mucho movimiento. "Hemos contratado una flota de peluqueros y modistos", anuncia Plaza. Pero el domingo por la tarde, cada rey estará en su trono y las sábanas en las que durmieron habrán sido cambiadas.