ERCROS dejó de verter residuos al pantano de Flix en 1988 y desde entonces lleva sus restos a un vertedero del mismo municipio. Sólo durante el pasado año, la química depositó 39.000 toneladas de lodos que, antes de aquella fecha iban a parar al Ebro. Esos residuos llegaron a formar una montaña de sedimentos contaminados, que denuncia un informe del CSIC.