El puesto fronterizo de Beni Enzar, el principal de los cuatro pasos habilitados que existen entre Melilla y Marruecos, permaneció ayer cerrado una hora y media por una alerta de avalancha de inmigrantes, que se aproximaban en masa, pero que se quedó en el lado marroquí.

Según informaron a Efe fuentes policiales, sobre las 09.30 horas las autoridades marroquíes alertaron de la aproximación de un grupo numeroso de inmigrantes, entre los que había sirios y subsaharianos. Como medida de precaución, se ha cerrado la verja del lado español, a la que en ningún momento han llegado estas personas, que se han quedado en territorio marroquí.

El cierre de frontera dejó a cientos de personas afectadas, lo que provocó una aglomeración de peatones y vehículos que querían cruzar hacia Marruecos.

A las 11.10 horas se reabrió el tránsito de peatones y diez minutos más tarde el de vehículos, con lo que recuperó la normalidad de una forma escalonada.